Micro relato para REC. Despedida.

Te quiere, mamá. El bolígrafo se desliza sobre el papel, y una vez trazado el camino, cae sobre la mesa.

Ella se despierta sobresaltada, y se lleva la mano a la mejilla sin saber porqué.

Luego ve la nota, pero la observa en la distancia, sin poder moverse, encogida por un frío tan intenso como desconcertante.


Y a lo lejos, su teléfono, sigue sonando. 


Micro relato para REC. Resaca cubista.

De un certero bocado, le arrebató el pincel y huyó saltando por la ventana. El permaneció unos instantes sin inmutarse, y después se recostó en su silla y le dio un trago a la botella mientras observaba el hueco por donde había huido. Se fijó en la exactitud milimétrica de sus proporciones, en la linealidad imperecedera, y en los paralelismos inquebrantables únicamente interrumpidos por la rítmica simpleza de las esquinas. Le dio un nuevo trago a la botella, buscó otro pincel, y mirando de nuevo al lienzo, pensó: ¿Por qué no?


Micro relato para REC. Vidas olvidadas.

No era el mar, pero se le parecía tanto como ese amor que resultó ser solo cariño y se evaporó en un suspiro.

Tampoco eran sus hijos, ni su hermana, ni si quiera aquel amigo de la infancia; aunque hubiese jurado que en esas miradas había algo de sí mismo.


Aquella no parecía ser su vida, y cada vez le costaba más hallar su rastro.  


Micro relato para ENTC. El viejo almendro.

Os dejo mi propuesta para la convocatoria de Septiembre-Octubre del concurso de relatos del blog "esta noche te cuento".

Si queréis leer el relato en la web del blog, podéis hacerlo en este enlace:

http://estanochetecuento.com/el-viejo-almendro/

El viejo almendro.

El abuelo nos dejó una tibia mañana de otoño; pero ella no quiso separarse de él, y nadie hubiese considerado justo alejarlo de la tierra que lo vio nacer. Por eso lo enterramos junto al viejo almendro; así ella podría tenerlo cerca, ya que por más que lo intentásemos, jamás accedería a abandonar su hacienda.

En los días sucesivos la vida giró alrededor del viejo almendro. Los animales se acostumbraron a vivir bajo su sobra, y la abuela encontró consuelo en el arrullo de sus ramas reverdecidas, en el frescor blanquecino de sus flores, y en el vapor de la almendra madurando al amanecer.

El día que el sueño eterno le sobrevino, la encontramos sobre un manto de flores blancas, junto al viejo almendro; ahora con más vida que nunca.


Al ver su cara, templada y en paz, brotaron de mis ojos las lágrimas que no habían surgido el otoño anterior. En cierto modo, sabía que cuando el abuelo nos dejó, ella, cada día, moría un poco por volver con él. 


Dos micro relatos para REC.

Día libre.

Al otro lado de la ventana, por un instante, se hace el silencio. El viento cesa, el cielo se enciende y en las calles se extiende el miedo. De repente, se oye un crujido ensordecedor que se extiende en interminables fisuras que luego se abren engulléndolo todo. El aire se hace vapor, y el mundo, poco a poco, comienza a desvanecerse.

En la habitación, el se levanta sobresaltado, y rápidamente consulta el reloj. Después lo suelta en la mesilla y se acurruca de nuevo entre la almohada y la manta. 

Es domingo, y en su día libre, el mundo puede esperar.

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Ciudadanos de segunda.

Al otro lado de la ventana, Manolo abre puntualmente las puertas de su panadería, impregnando las calles con el vapor del pan al amanecer. Los más madrugadores, Javier y Antonio, espabilan el sueño en la cafetería de Venancio, y después discuten de política mientras compran la prensa en el tenderete de Mario.

Aquí solo nos tenemos los unos a los otros, hace que tiempo que asumimos que la vida de fuera no es de verdad, y que lo mejor es esconderse, vigilar, y salir corriendo cuando escuchemos los golpes y alguien diga “ahí vienen”.

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Micro relato para REC. Caso quemado.

Cuando se prendieron las cortinas de la cocina, ya no hubo marcha atrás. El fuego se extendió rápidamente, atravesando con avidez los resquicios de los tabiques y los conductos de ventilación.


Cuando la estructura entró en colapso, la casa se desplomó en un amasijo candente de recuerdos que se desvanecerían entre cenizas, como aquellas cartas escritas en papel perfumado que no llegó a abrir, las ordenes de alejamiento, la pistola extraviada o el cadáver oculto entre las paredes del sótano, que ya no podría dar su versión de los hechos.   


Micro relato para REC. Pecados de un dios menor.

Poco antes de que los domingos fueran amargos, las caricias parecían inocentes; los consejos, sabios; y las formas; bienintencionadas.

Las risas más sinceras aun no habían enmudecido bajo crueles silencios, y las lágrimas no se habían derramado en ríos que arrasarían con la fe más inquebrantable. 


Poco antes de que la palabra dejara de ser sagrada; la sangre aun no se había derramado. 


Micro para REC. Proceso amnésico.

Y le manchaba los dedos de harina al entregarle el paquete; pero eso a mi madre, al principio, no le importaba.

Y así estuvieron unos meses; ella bajaba a la pastelería a comérselo con los ojos, y luego él subía a endulzarle la vida.

Hasta que un día, ella recordó su intolerancia a la lactosa; luego le sobrevino el recuerdo de su pasado como asesina a sueldo; y después encontró su pistola.

La verdad es que siempre ha tenido un muy mal despertar. 




Micro relato para REC. Reinventarse o no amar.

El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba, cayó en el olvido, arrinconado entre miradas huidizas y silencios de ida y vuelta.

Pasado el tiempo, decidió que lo mejor era cambiar de estrategia, y probó a enviarle un emoticono, que tras un “doble check”, y un eterno “escribiendo”, fue respondido satisfactoriamente.

Luego llegaron varios “me gusta”, la solicitud de amistad… y algo mas, una proposición atrevida que llegó a ser “trending topic”, y por último, el video de una declaración de intenciones que se hizo viral.


Eso sí; por las noches, cuando nadie mira, el amor, a la antigua usanza. 


Micro relato para REC. Premoniciones.

El masajista no tardó en reconocer aquel lunar bajo la nuca, y cuando ya no pudo disimular su miedo, salió corriendo de la sala. Pero en su carrera notó un golpe en los pies que le hizo caer, y al intentar levantarse, ella se abalanzó sobre él.

Intentó escapar, pero le fue imposible. La chica le tapaba la boca con una mano mientras perforaba su esternón con la otra.

—Te advertí que si te metías en mi vida, te robaría el corazón —le oyó decir mientras creía agonizar.


Y cuando volvió en sí, sobresaltado, aquella chica seguía allí. 


Despojos de relatos en serie.

Os dejo los tres relatos con los que he participado este verano en la convocatoria de "relatos en serie", de la cadena Ser.

El tiempo da para lo que da.

— ¿Me quieres decir qué hacemos aquí?

—Nos pilla de camino. Mira; ahí llega “Epi”

— Deberíamos estar gestionando lo de Carrero.

—Los nuevos entráis con demasiadas prisas. Hay que ir poco a poco. ¿Ves? La flecha no entra en el pebetero;  otros trescientos euros que le gano a Salva.

—¿Para eso hemos venido a 1992? ¿Por una maldita apuesta?


—Relájate compañero, que acabas de entrar y te queda mucho que aprender, entre otras cosas, que aquí en el Ministerio, el tiempo da para lo que da.


La magia del verano. 

En su lienzo difumina el cielo de una tarde de Agosto, donde las casas, encaladas hasta el tejado, zigzaguean entre calles empedradas que desembocan en el mar.

Luego garabatea a unos niños con sus bicicletas; y al fondo, un barco llamado La Dorada, que parece curarse las heridas en el monte de la calma.

Alza la vista y se sorprende, años después, acabando un dibujo, y decide dejarse llevar por la magia de un verano que jamás la abandonará. 


A gusto del consumidor. 

—Discúlpeme, pero no acabo de entenderlo. Le estamos presentando una gran producción de unas ocho temporadas, contando la historia de siete grandes reinos enfrentados entre sí por un trono de hierro, con valerosos caballeros, esculturales princesas, sibilinos traidores, asesinos sin escrúpulos, lobos gigantes, cambia pieles, sacerdotisas capaces de resucitar a un muerto, e incluso dragones gigantes capaces de todo por su reina; ¿y no acaba de verlo claro?

—No sé… creo que le falta algo mas; algo que la haga definitivamente irresistible para un sector de público más amplio.

—¿Mas amplio?, pues como no quiera que incluyamos zombis…


Micro relato para ENTC. Maldita la duda.

Os dejo mi propuesta para la convocatoria de Julio y Agosto del concurso de relatos del blog "esta noche te cuento". 

El tema de esta convocatoria eran las olimpiadas. 


Si queréis leer el relato en la web del blog, podéis hacerlo en el siguiente enlace: 

http://estanochetecuento.com/maldita-la-duda/

Maldita la duda. 

Te acuestas cansado; exhausto por el entrenamiento, cada vez más intenso, cada vez más duro. 

Enseguida concilias el sueño y te ves en la última curva, ante el último esfuerzo. El estadio está lleno, notas su rugido, percibes su aliento, y aprietas los dientes, dándolo todo  hasta el final,  y conteniendo la respiración con el miedo a que el más mínimo suspiro sea la décima de segundo que necesitas para ganar.

Cruzas primero, cae el récord del mundo, que queda a tus pies, asombrado por tu hazaña. En ese momento te dejas llevar. Vuelta de honor, fotos, abrazos; todo reconocimiento es poco.

En el podio, con el himno de fondo, la emoción te embriaga, y apenas reparas en sus caras.

Vuelves a la tierra y te fijas en ellos, que siguen mirándote; y entonces te das cuenta. Te señalan. 

Vuelves la vista y la ves, clavada en tu brazo, delatándote.

Te despiertas sobresaltado, enciendes la luz y te tocas los brazos. Nada. Suspiras aliviado; pero maldices en voz baja y saltas de la cama. En la cocina abres la nevera; coges esa caja del fondo y la abres.  Sigue ahí. Y tú sigues maldiciendo. Maldita la hora. Maldita la duda. 


Extremeños por el mundo. Lisboa, Sintra y Caparica.

Retomo una vez más la sección “extremeños por el mundo” para contaros lo más destacable de nuestra escapada por Lisboa, Sintra y Caparica.


Caparica es conocida como la playa de Lisboa, y según dicen, el mayor arenal de Europa. Es una zona con grandes extensiones de playa, muchas de ellas, como en nuestro caso, reconvertidas en pequeñas calas entre espigones de piedra. 


Las playas son de arena fina blanca, prácticamente sin piedras, y el agua es clara y fresca, pero no helada, como nos habían comentado. Pese a que nosotros nos dedicamos en la mayoría de los días de nuestra escapada a visitar más el interior, en las ocasiones en las que estuvimos en la playa, nos bañamos en sus aguas sin mayor problema.

Peajes y llegada a Caparica.

A Caparica, desde Cáceres, se accede por la autovía A5, que se prolonga en Portugal en la A6, y cerca de Lisboa en la A2. Justo antes del puente del 25 de Abril, se abandona la A2 para enlazar con la A38, que es la carretera que acaba en el pueblo de Caparica y sus costas.

Los extremeños que accedan a Lisboa por esta ruta no tienen que preocuparse del temido “peaje electrónico”, ya que en estas autopistas no está implementado.

El pueblo de Caparica, en esta época, nos presenta una estampa de calles bulliciosas, comercios y cafeterías de trato amable al turista. Nosotros nos alojamos en el hotel Costa da Caparica, en la Calle General Humberto Delgado 47. Es un hotel que presta un servicio bastante correcto, teniendo en cuenta que es un hotel de playa.

Muy cerca de este hotel se encuentra la Rua Dos Pescadores, la calle más animada del pueblo, con numerosas tiendas, heladerías, restaurantes, y hasta unos recreativos a la antigua usanza, como los que existían en la época de los ochenta. Dentro de la gran variedad de restaurantes de la zona, el que más nos gustó fue el restaurante Primavera, con gran variedad de pescados y mariscos de calidad a un precio medio razonable. Si pasáis por Caparica no dudéis en comer o cenar algún día allí.

El Oceanario.

Si visitáis Lisboa con niños, o sois aficionados a la fauna marina, una visita obligada será la del parque de las Naciones de Lisboa, y en concreto, la del Oceanario.

El Parque de las naciones es el recinto donde se albergó la exposición internacional de 1998, y donde ahora se ubica el Oceanario de Lisboa, el Pabellón del Conocimiento, la Torre de Vasco de Gama y su teleférico, además de un gran centro comercial y numerosos edificios de oficinas.
Situado en la parte noreste de Lisboa, constituye uno de los lugares más frecuentados por los turistas. 

Debido a ello, y a la escasez de aparcamiento, en nuestro caso decidimos utilizar el transporte público para desplazarnos hacia allí.

Desde el apeadero de autobuses de Caparica, el autobús nº 161 nos dejó en la plaza de Arreiro, tras un bonito viaje en el que pudimos contemplar las vistas desde el puente del 25 de Abril, así como el acueducto  de las Aguas Libres. 


Desde Arreiro, ya en metro, nos desplazamos hasta la estación de Oriente, junto al Parque de las Naciones, rumbo al Oceanario.


El Oceanário de Lisboa es el segundo acuario más grande de Europa, por detrás del de Valencia. En su hábitat coexisten más de 15.000 seres vivos de más de 450 especies diferentes.


Al parecer, el edificio, de dos plantas, se encuentra flotando en el agua y se accede a él por varias pasarelas. Además, en su interior la visita gira en torno a un gran acuario central.


Además del Ocenario, el campo de las naciones ofrece otras alternativas de ocio como el teleférico, que va desde este edificio a la Torre de Vasco de Gama, con excelentes vistas de Lisboa, el Pabellón del Conocimiento y el centro comercial Vasco de Gama, entre otros.

Belem.

El barrio de Belem es otra parada imprescindible cuando se visita Lisboa. Dentro de las muchas opciones que teníamos para llegar a este barrio lisboeta, situado muy cerca del puente del 25 de abril, nos decidimos por el ferry, que desde el pueblecito de Trafaria, con escala en Porto Brandao, nos dejó en el puerto de Belem en un bonito trayecto de unos 30 minutos.

Ya en Belem, la oferta turística y cultural a ambos lados de Avenida de la India es amplia, y eso se nota por la acumulación de turistas durante prácticamente todo el año. Nosotros nos decidimos por el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belem y el Monumento a los Descubridores. 

Monasterio de los Jerónimos. 

Algo a lo que hay que acostumbrarse cuando se visita Portugal son los peajes y las colas en los monumentos, y no solo en el acceso a los mismos, sino también en el interior, como ocurre en la Torre de Belem, que tiene regulados los accesos entre las distintas plantas para evitar la saturación de turistas en las mismas. Así que ya sabéis, las colas en el exterior de la torre no serán las únicas que tendréis que sufrir, eso sí, ya dentro, las vistas del río Tajo y del puente del 25 de Abril merecen la pena. 

Vistas desde la Torre de Belem. 

Los portugueses son verdaderos maestros en las técnicas del alicatado y la calzada con bloque, y eso se pone de manifiesto en cualquier ciudad que visitemos de este país.

Fachada alicatada. 

La calzada portuguesa, además, es una técnica de pavimentación muy valorada en otros países, como por ejemplo el nuestro, donde se pueden ver algunos ejemplos de esta calzada junto a edificios públicos y urbanizaciones.  

Calzada portuguesa. 

Sintra.

En nuestro cuarto día en Portugal cruzamos en coche el puente del 25 de Abril camino de la localidad de Sintra.

La mejor opción para evitar problemas con el coche es aparcarlo en la estación de tren de las afueras de esta localidad (Portela de Sintra). Después, hay dos opciones; se puede ir en tren desde ese mismo punto hasta la estación de tren y autobuses situada en el centro de la localidad (Estación de Sintra), o bien realizar ese trayecto a pie, que nos llevará unos quince minutos.

Una vez allí, en la oficina turística podréis recabar toda la información relacionada con los monumentos de la ciudad, así como comprar las entradas.

Sintra es un entorno mágico, que evoca épocas pasadas, y que merece estar al menos entre dos y tres días para disfrutarlo como se merece. En nuestro caso, al estar solo un día, tan solo pudimos ver el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira.

El Palacio da Pena constituye uno de los ejemplares más vistosos de la arquitectura portuguesa del romanticismo. Como si de un castillo sacado de una película de Disney se tratara, el Palacio desprende color e imaginación en todas sus fachadas, torres, recovecos y escalinatas. Si visitáis Sintra con niños, posiblemente les quede buen sabor de boca. 

Palacio da Pena. 

La Quinta da Regaleira es un lugar lleno de rincones y detalles mágicos y misteriosos, donde destaca, por encima de todos, el Pozo Iniciático, una torre invertida que se hunde cerca de 27 metros en la tierra, con acceso a través de una escalinata en espiral. 

Pozo iniciático visto desde arriba. 

Este monumento se plantea como un espacio de consagración, donde se intensifica la relación entre la Tierra y el Cielo.

Toda la Quinta es un lugar lleno de misterio, con grutas subterráneas, torres y parajes mágicos donde dejarse llevar por la imaginación.

Vista desde la gruta del laberinto.

Baixa Chiado.

Desde Caparica, si se tiene tiempo y paciencia, hay muchas combinaciones por transporte público que permiten desplazarse a Lisboa en un periodo de tiempo razonable.

Cogiendo el autobús nº 135, hacia Cacilhas, se puede tomar allí un ferry hasta Casi do Sodre, muy cerca de los barrios de Alfama y Baixa Chiado. 

Elevador de Santa Justa. 

El elevador de Santa Justa, las plazas del comercio o de Figueira, el Castillo de San Jorge y la Catedral de Lisboa son lugares recomendables que se pueden visitar bien a pie, o bien en los famosos tranvías de Lisboa. 

Tranvía de Lisboa. 

Évora y vuelta a casa.

A nuestra vuelta decidimos hacer una parada en Évora, un bonito pueblo de la zona del Alentejo portugués, próximo a Badajoz.

Évora es un pueblo con mucha historia, y un legado monumental muy atractivo, destacando de entre su oferta turística La Capilla de los Huesos, un lugar quizá no apto para todos los públicos, ya que su interior está revestido por esqueletos humanos exhumados de los cementerios de la ciudad durante el siglo XVI. 

Interior de la Capilla de los Huesos. 

Además de eso, en la entrada de la capilla reza una inscripción en portugués cuya traducción al castellano sería: “Los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos”

“Los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos”

Y pese a este lúgubre final de la escapada, y como colofón a esta reseña turística, solo me queda decir que Lisboa, Sintra y Caparica resultan un destino muy atractivo para cualquier viajero con ganas de disfrutar del turismo teniendo a su vuelta momentos de playa.

Micro relato para ENTC. Promesas.

Os dejo el relato con el que he participado en la convocatoria de Mayo-Junio en el concurso del blog "Esta noche te cuento". En esta convocatoria los relatos debían contener la palabra "océano", o estar ambientados en el.

Si queréis leer el micro relato en la web del blog, podéis hacerlo en este enlace.

http://estanochetecuento.com/promesas-2/

—Se equivocó —repetía una y otra vez mientras soltaba la amarra que unía el pequeño bote al puerto.

—Se equivocó y tendrá que resarcirme —volvió a decirse, ya mar adentro.

La tormenta arreciaba, sacudiendo el pequeño bote, a merced de la negrura del océano.

Ella se puso de pie, y apretando los puños, ateridos por la tormenta, gritó con toda la fuerza de su corazón.

—Devuélvemelo.

Su grito fue apenas un rumor en la profundidad de un mar embravecido.

—No tienes derecho a romper nuestra promesa —volvió a gritar ella, dejando caer una lágrima en medio de un océano que la había separado de lo que más quería.

La lágrima se iluminó en su descenso hacia el mar, y al tocar el agua formó un haz de luz que penetró en el océano iluminándolo en su descenso.

Tras dudar un instante, se dejó  caer tras la luz, descendiendo junto a ella al fondo abisal. Su piel fue tomando una textura aceitosa, y su respiración, sorprendentemente, ya no dependía únicamente de sus pulmones.


Un poco más abajo, casi en el fondo, le vio. Le esperaba con los brazos abiertos, y con esa sonrisa que hace tiempo prometió no abandonar nunca.  


Micro relato para REC. Esas pequeñas cosas.

Como si de una plaga venenosa se tratara, evita en todo momento el contacto directo, aturdida por unas reacciones para las que no encuentra explicación plausible.


No entiende los sudores repentinos, ni la respiración entrecortada. No entiende el pulso acelerado ante el mas mínimo roce; e incluso años después, aun no logra entender cómo puede perderse durante horas en el azul de esos ojos que un día  apuntaron a dar. 


Micro relato para REC. Siguen entre nosotros.

Las mañanas, si no llueve, las pasan a lomos del viento, pintando el cielo de vivos azules que luego irán difuminando. Después lo visten todo de oscuridad, y tras colgar la última estrella, bajan a probar suerte entre los sueños.


Esta noche, Pedro ha vuelto a leerle un cuento a su hija, y ahora espera, paciente, a que su mujer gaste las últimas lágrimas. 


Microrrelato para REC. Ofertas espacio temporales.

Aquel día de verano de 1945 es una opción bastante solicitada, y le aseguramos plaza con ventanilla en el mismísimo Enola Gay. También nos quedan algunas plazas a bordo de “La Pinta” en pensión completa y un tour por el culmen de la revolución industrial. Por otro lado, tenemos alguna promoción para el 20 de julio de 1969, pero hemos recibido algunas quejas de los clientes; y si le soy sincero, ese montaje no quedó demasiado bien.

Bueno, verá, no sé si a los niños…

Ah, ¿Que viaja usted con niños?

Si, con dos.


No me diga mas ¿Le parece bien el Jurásico con todo incluido?


Micro relato para REC. Durante la noche.

Desde el otro lado del planeta le vigila con el rabillo del ojo.

Mientras duerme, el es libre de volar, se rebela contra su mundo, y se enfrenta a sus miedos, que no son nada ante su empuje.


Luego, al final de la noche, regresa a la prisión temporal de su otro yo, que comienza su día, añorando tiempos mejores. 


Micro relato para REC. La jerarquía del miedo.

Es como sale mejor, tío, sin pensarlo. Como en esas películas que ve papá. Le esperamos después de clase, escondidos en el callejón; y cuando aparezca, saltamos sobre él y le clavamos el cuchillo tantas veces como podamos. Así aprenderá ese estirado que un cuatro y medio si es un cinco.

—No sé, tío. ¿Y si se entera mamá?


—Pues si se entera, ya sabes. Nos la cargamos. 


Micro para REC. Dulce despedida.

Acuérdate de lanzar mis cenizas al mar, cielo. La urna esta en el armario del salón, en el estante de abajo. En cuanto al resto, solo tienes que llamar al teléfono que te dieron.

El horario de los niños está pegado en la puerta de la nevera. Recuerda que Eduardo tiene ingles los martes y los jueves, y que el próximo sábado es el cumpleaños de Sara. La tarta la puedes encargar en la pastelería de Maite.

Ten paciencia con ellos, ya sabes como son.

Cielo; dijimos que nada de lagrimas. Sé que son muchas cosas; pero créeme, lo harás bien. 


Micro relato para ENTC. Viaje a la nada.

Os dejo mi propuesta en la segunda convocatoria del año del concurso de relatos del blog "esta noche te cuento"

Si alguno de vosotros quiere leer el relato en la web del blog, puede hacerlo en el siguiente enlace:

http://estanochetecuento.com/viaje-a-la-nada/

Diario estelar del Apolo XXV. Fecha estelar: 27 de marzo de 2187.

Esta será mi última transmisión; aunque desconozco si alguien las ha escuchado en algún momento.

La nave sigue a la deriva desde hace 12 días, 10 horas y 27 minutos. Soy el único superviviente a bordo; tras el incidente en el campo de asteroides.

Mi primera opción tras lo ocurrido fue buscar la manera de reconducir la situación. En nuestro exhaustivo entrenamiento aprendemos que siempre debe haber una solución a cualquier problema; y si la hay, entonces el problema se convierte en trámite.

El fracaso en mi búsqueda me condujo a un estado de rabia e impotencia que no pude acabar conteniendo, y que derivó en una tercera fase de mi estadio, en la que intenté inútilmente acabar con todo por la vía rápida. Pero para ello hay que ser o muy valiente o demasiado cobarde, y yo nunca fui un hombre de extremos.

Ahora, en esta última fase de mi estadio, la calma ha llegado a mi conciencia, y no espero más que lo que me depare el devenir de los acontecimientos. Entre tanto, el tiempo pasa, mientras experimento la languidez de la nada.



Micro para REC. Solo me tendrás a mi.

El día que una ola salte más de lo convenido, él se quedará conmigo para siempre, y todo volverá a ser.

Volverán tus caricias por mi orilla en las tibias mañanas de otoño, y esa tardes del estío en las que yacías en mí bajo la complicidad de la luna.

¿Cómo se atreve a romper el milagro más grande que nunca se haya imaginado?

Si le quieres adviértele, porque si vuelve a mancillarme, y una ola salta mas de lo convenido, tu regresarás, pero ya solo me tendrás a mi.  


Micro relato para REC. Diario de navegación. 14-12-1912.

Deja unos puntos suspensivos tras la última anotación en el libro. Después lo guarda cuidadosamente en el cajón de su escritorio y regresa al puente de mando.

A esas horas, los gritos han cesado, y todo el que ha querido irse lo ha hecho, o al menos lo ha intentado y se ha resignado después.


El no es de los que faltan a su destino, pero nunca le gustó decir adiós. 


Ejercicios con la memoria. No hay pasos perdidos.

Siempre que, por motivos laborales, tengo que cambiar de ciudad, busco algún curso interesante de escritura creativa con el que echar buenos ratos; y en Córdoba me ha surgido la oportunidad de inscribirme en el que imparte el escritor Mario Cuenca Sandoval.

El primer ejercicio consistió en hacer memoria y redactar un relato sobre una prenda de ropa que hubiese sido importante en mi vida, contando como llego a mis manos y que vida le di. 

A mi se me ocurrió un relato sobre mis viejas zapatillas. Aquí os lo dejo. 

No hay pasos perdidos.

Lo habíamos aplazado en varias ocasiones, unas por pereza, otras por problemas de agenda, pero aquella tarde no hubo excusas y la pasamos ordenando el trastero.

Siempre he pensado que ese habitáculo no podía tener mejor nombre, pues, al menos en nuestro caso, se apilaba en las estanterías una amalgama de cachivaches, bolsas y cajas de cartón, que bien podrían haber pasado directamente a “mejor vida”.

Mi mujer se puso con las bolsas, por lo que yo decidí ordenar las cajas, y al abrir una de ellas, las vi.
Mis viejas zapatillas, regalo de mi entonces novia. Unas “Avia” grises con bandas y puntera rojas. Blandas, flexibles y muy cómodas.

En un momento mis pensamientos comenzaron a agitarse, recorriendo veloces mi mente, rincón por rincón, en busca de aquellos recuerdos, o mejor dicho, de aquellos pasos.

Pasos cómplices, y milimétricamente calculados, con el fin de hacerme el encontradizo ante ella en nuestra etapa de novios.

Pasos nerviosos, en mis últimos días de carrera; y agitados, en esos días de intensos papeleos previos al sí quiero más importante que pudiera salir de mis labios.

Pasos gigantes, expectantes, y ávidos de conocimiento, por varios países y culturas en algunos de nuestros viajes de recién casados.

Con el mayor de los sigilos vuelvo a guardar las zapatillas en la caja, escondiéndola de nuevo en la estantería.

Mi mujer, con el paso del tiempo, ha adquirido la facultad de conectarse a mi mente en cualquier momento; y por eso, al girarme, veo su sonrisa, que es fiel reflejo de la mía.

Le tiendo la mano y al momento estamos abrazados, aunque tan solo un segundo después una personita que desde hace seis años protagoniza nuestras vidas nos separa a empujones.

A día de hoy, paseando de nuevo por mis recuerdos, junto a mis viejas zapatillas, no me consta haber dado un paso por perdido. 


Micro para REC. Se cancela famoso concurso.

Lo que daría porque fuese ya de día y su dulce voz me susurrase “lavavajillas”, “espumadera” o “colesterol”.
Hace tiempo que memorizó todo el diccionario, y aunque estar al día en cultura general, historia y deportes no ha sido fácil, sin duda lo peor ha sido disimular programa tras programa hasta hacer subir el bote a una cantidad digna a nuestro talento.

Duerme preciosa, que mañana será un gran día.


Micro relato para REC. El caso Milán.

Era de los pocos detectives honrados que quedaban en la ciudad, en medio de la histeria provocada por las misteriosas desapariciones.

Primero fue el sol, que dejó paso a una oscuridad blanquecina, en la que los pájaros apenas duraron un suspiro. Los edificios más altos comenzaron a decrecer, y las calles, poco a poco, fueron desdibujándose.


Trató de ordenar sus pensamientos, agolpados de manera inconexa por el fuerte aroma a nata que lo envolvía todo, y tras un instante de análisis, cuando la solución al caso comenzaba a vislumbrarse en su cabeza, notó una fuerte sacudida, y su mente se quedó en blanco. 


La vida en un segundo.

La vida en un segundo.


Subir de nuevo a la habitación. Volver a besarla. Pasar la noche con ella; y el día anterior, y el otro, y el otro. La boda. El anillo. El primer beso junto a la puerta del bar de siempre, y esa mirada que lo dijo todo. El primer apretón de manos. El último examen. Los nervios. Las sonrisas. Las bromas. Los juegos que no acaban. Una tarta con cinco velas. Ellos. Ella. Su abrazo. El sonido de su corazón. El golpe. Nada. 


Micro para REC. Invasión de fábula.

Invasión de fábula.

Pero nunca, sin saber bien por qué, dejarán de mirar hacia arriba; como hechizados por luces de colores que jamás habían visto y que, poco a poco, los irán conduciendo a todos, ordenadamente, hacia lugares de encuentro estratégicamente escogidos.


Para cuando salgan del trance ya estarán dentro de los transportes, rumbo a lo desconocido; hombres y mujeres, padres e hijos, toda la humanidad, alejándose de un hogar que ahora ocuparán otros.