El último silencio.

Desde la complicidad que me ofrecen estas cuatro paredes me he vuelto coleccionista de instantes, y cuando la consciencia me lo permite, camino entre mis recuerdos, reviviendo en ellos tan intensamente como puedo, para luego conservarlos y clasificarlos cuidadosamente.

Por las mañanas, durante las sesiones de quimio, me reencuentro con la niñez entre los pliegues de mis cicatrices, y cojo prestada un poco de esa energía desbordada en mi alocada existencia.

A la hora de la comida me llega el olor intenso de los guisos en cazuelas de barro, el sabor de la leche fresca, y me envuelvo del amor que mi madre ponía en todo lo que hacía en esa vieja cocina que nos dio de comer.

Pero mentiría si negase que mis recuerdos contigo son mi mayor tesoro.

Con la edad, y cuando el final del camino está cerca, las palabras se vuelven vacías, y son los silencios los que de verdad importan. Y tú silencio al cogerme la mano me lo dice todo.

Se que prometimos amarnos para siempre, y que irse primero quizá sea lo más fácil. Solo espero que puedas perdonarme, y yo a cambio te prometo vivir para siempre en tus recuerdos.


Micro relato enviado al concurso del blog "Esta Noche Te Cuento". Tema de la convocatoria: "La tristeza y la nostalgia". Se puede ver el relato en la web clicando en el siguiente enlace


Orden de alejamiento.

Dígale, Agente, que la quise mucho en aquel verano del 92, pero llegó septiembre, ella se hizo gótica y yo me fui a la “mili”; en fin, que quiere que le diga, que la vida nos llevó por caminos distintos, yo estoy felizmente casado, tengo dos hijos, y me da igual que vuelvan a llevarse las faldas de campana, el terciopelo verde, o incluso las riñoneras. Lo nuestro ya no puede ser.



 

 

 

La perspectiva de otro mundo.

Esperando que mas pronto que tarde, dejes de llorar por él, te mantengo abrazada durante el resto del trayecto, alejándome todo lo que puedo del borde de la barcaza. Antes de embarcar nos advirtieron de los riesgos de viajar de noche, y que bajo ningún concepto se regresa a por los caídos.

El brillo de las luces en la costa nos llena de esperanza. Sin embargo, los de allí se muestran serios y distantes en nuestro desembarco.

—Póntela, por favor, —me dice una chica ofreciéndome una mascarilla— las cosas están difíciles por aquí.

Y al recoger la mascarilla me pregunto qué entenderán aquí por dificultades.

Imagen de Manolo Franco en Pixabay

Micro relato enviado al concurso "Relatos en Cadena", de la ser. Frase de inicio: "Esperando que mas pronto que tarde, dejes de llorar por el"