Dos micro relatos para REC

Aprendiz de bruja. 

Vuelve a pedirme que le empuje; una y otra vez. Yo estoy muy cansado, pero intento que no se me note.

De camino a su casa pasamos por la heladería y por la tienda de cómics; pero cuando le digo que ya no me queda dinero de mi paga se enfada y se marcha corriendo.


Las punzadas en mi estomago un hora más tarde confirman su enfado; y la teoría de toda la clase. 


Futuro imperfecto. 

Vuelve a pedirme que le empuje; y yo lo hago tras cobrarme un nuevo beso. Estamos una hora más en el parque y luego pasamos por la heladería.

Después nos vestimos de valientes y volvemos al hospital. Me dice que está un poco cansado, pero que se lo ha pasado bien.

 Yo le beso en la mejilla y le digo que mañana repetiremos. Sigo con el disfraz de valiente, pero cada vez es más difícil.


Micro relato para REC. Franqueo soñado.

Que todo vuelva a ser como antes, escribe en una postal que remite cada día, desde hace meses, a una dirección distinta, y que una vez recibida de vuelta archiva en el lugar preciso.

Normalmente sabe a la hora a la que llegará el cartero que atiende su calle en cada momento, y cuantas pulsaciones realizará en el timbre de su puerta.


Pero en días como hoy, cuando ninguno de los patrones consabidos se repite; su corazón se permite el lujo de volver a latir con fuerza.  


Micro relato para REC. Todo es posible.

La ciudad del amor tuvo la culpa. Su magia dejó el listón muy alto; y al regresar saltaron las costuras de algo que pareció ser y no fue de ninguna de las maneras.

El tiempo aplacó todo lo que vino después, y aunque la herida pareció cerrarse, nunca llegó a cicatrizar.


Por eso, cada año, ese mismo día, se pasea por los campos elíseos y se sienta junto a la Torre Eiffel a contar sus roblones; esperando, ¿por qué no? a que la magia vuelva a subir el listón.