Micro. Capitulación

Os dejo mi aportación para el concurso de micro relatos del blog Esta noche te cuento.

Si queréis ver la entrada en el blog con el relato podéis leerlo en el siguiente enlace:

http://estanochetecuento.blogspot.com.es/2013/04/abr129-capitulacion-de-alfonso-carabias.html


Capitulación.

La acompañó al ascensor caminando un paso por detrás de ella, como de costumbre; inhalando parte del perfume que a su paso inundaba el vestíbulo con un olor afrutado con matices de vainilla.

Justo antes de llegar a la puerta se adelantó con la habitual agilidad y la abrió con su mano derecha, acompañando con la izquierda los pasos de su mujer.

Para cuando ella pudo percatarse de que no había suelo bajo sus pies, la inercia de su movimiento ya la había condenado, y caía con la rapidez que le concedía la caprichosa gravedad.

El cerró la puerta sin interés alguno por el desenlace, que tiempo atrás no hubiera sido propio de un hombre de sus cultivados principios. El tiempo y su mujer, después de una larga y dura lucha, le habían convencido de que los principios son como esa hoja caduca que va y viene al son del viento que la mece, y de que ya no existen caballeros; porque el último que conoció yace con su mujer en el fondo de aquel foso. 

Mi colaboración en "La Conserva"



El pasado sábado 20 de Abril se presento en el “María Mandiles” el nº 2 de la revista “La Conserva”, editada por la Asociación Cultural Letras Cascabeleras.



Fue un evento muy ameno en el que se derrochó cultura en grandes dosis, repartidas entre micro relatos, poemas y alguna que otra reivindicación ante los recortes en cultura que también afectan a los artistas de la tierra.



Por mi parte tuve el honor de colaborar en el acto leyendo el texto con el que colaboraba en la revista, y que quería compartir con los que me leéis aquí en el blog. El texto es una reflexión sobre lo rápido que pasa la  vida, y lo poco que reparamos en disfrutarla. 



El sabor de un instante. 

Un instante no suele ser mucho, aunque casi siempre es suficiente. 

Basta que me dediques una sonrisa durante un instante para que consigas la mía; y solo ese instante mirándote a los ojos es el que yo necesito para saber que puedo confiar en ti. 

En cualquier sitio y en cualquier instante hay una vida abriéndose camino, un amanecer solapando una puesta de sol, una risa escondiendo una lágrima, una mirada atraída por un suspiro y una palabra rompiendo el silencio. 

Es el mismo instante en el que yo escribo y tú sueñas, él se ilusiona, vosotros me leéis y ellos se abrazan.

La vida pasa demasiado rápido como para no pensar en saborearla, aunque solo sea un instante.
 

Micro. Mentiras arriesgadas



- Calla y arregla de una vez la cisterna del váter, que gotea – dijo saltando de la cama hacia la ventana. 

- Cálmate chica – contestó remoloneando entre las sabanas – vuelve a la cama. Nunca he sido fontanero; si voy vestido así es por tu fetiche por los uniformes.

- ¿Ah sí? Pues te diré una cosa;  ahora vas a serlo, porque yo tampoco soy soltera y mi marido, que esta aparcando el coche, sí que es policía.

- Ay Dios; ¿y qué hacemos?

- Seguir mintiendo desde luego.

- ¿Estás segura?

- Lo único que se seguro es que conociendo a mi marido cualquier ataque de sinceridad que puedas tener será utilizado en tu contra.

La infructuosa busqueda de la "excelencia"



En el ámbito laboral en el que me muevo, el control de calidad, esta institucionalizado como un axioma plausible la búsqueda de la denominada “excelencia” en procesos, materiales y ejecución de unidades de obra. 

Según los entendidos en la materia la excelencia es la cualidad que hace a un material o proceso singular en relación al resto. 

Lo malo de enfrascarse en esa, a veces quimérica búsqueda, es que traspasa a otros ámbitos de la vida en los que no se entienden esas rarezas. 

Como ejemplo ilustrado el que me ocurrió la semana pasada. 

Encontrándome en la tesitura de probar una tarta de tres chocolates de mi cuñada, realizada además con su recién comprada Termomix, mi mente se debatía entre dar la opinión políticamente correcta en estos casos con la que quedar bien diciendo que la tarta es “buena” o “muy buena” sin más y a otra cosa; o bien expresar una opinión constructiva expresada desde la óptica de la búsqueda incansable de la excelencia. 



En este caso, y teniendo en cuenta el amplio margen de mejora que presentaba el producto en cuestión, mi respuesta final fue la siguiente:

En un primer examen organoléptico he comprobado que la tarta no dispone del marcado CE, por lo que sospecho que no se ajusta a los estándares europeos de repostería. Aun así la imagen es buena, aunque le noto cierta falta de densidad, lo cual no minusvalora su sabor, que en principio es bueno. 

En definitiva, le dije a mi cuñada que como prototipo de tarta de tres chocolates el planteamiento  inicial me parecía correcto, pero que al haber margen de mejora importante en el resultado final, le recomendaba seguir puliendo el proceso de producción y sometiendo a los productos resultantes a un riguroso control de calidad, que por mi parte me ofrecí a realizar de manera gratuita y desinteresada. 

Pese a que la opinión tenía una base fundada y un objetivo definido, no fue tomada en consideración por el interesado, por lo que del desvario de esta semana podemos deducir que la sociedad actual en el momento actual no está para determinadas búsquedas ni para perder el tiempo en ellas. 

Eso sí, la tarta muy buena…. aunque no excelente.

Micro. Superdisputas


- Y tú para de leerme la mente maleducado.

- Pues tú deja de hacerte invisible. Además, cuando el de la visión de rayos x te mira no veo que te moleste.

- Porque se que lo hace sin malicia; no como tú.

- ¿Quieren dejar de hablar y entrar de una vez al congreso?; y usted, el de la capa roja, baje del techo y entre por la puerta como los demás súper zumbados, que me esta poniendo de los nervios y no respondo.

- Vamos entra, que esta empleada tiene muy mal carácter.

- Y mucha envidia, sino fíjate el color verde que se le esta poniendo.

“La Conserva”; otra forma de leer una revista.



Hoy os quería hacer una reseña sobre una revista muy especial en la que he sido invitado a participar. Todos conocemos los formatos que puede tener una revista; ya sea en papel de diversos tamaños, o bien en formato digital; hasta ahí no cuento nada nuevo. 

Pero si os digo que una revista literaria puede venir impresa en pequeñas porciones cuidadosamente envasadas en un curioso bote de cristal o del típico “tupper ware”, al principio os puede parecer raro, pero después os tendréis que rendir a la evidencia, ya que es una idea original y sencilla, pero también curiosa e interesante ya que se sale de los trillados formatos habituales para darle un soplo de aire fresco al concepto o idea de revista. 

La idea de esta revista es de la editorial “Letras cascabeleras”, una asociación cultural sin ánimo de lucro ubicada en Cáceres, que tiene como objetivo la promoción y el desarrollo de la cultura en general y de la literatura en particular.

El nº 1; con formato en bote de cristal repleto de poemas y micro relatos donados por autores extremeños fue presentado en Cáceres el pasado otoño, siendo un éxito de público y ventas.



En este enlace podréis saber un poco más sobre la editorial, leer los textos del numero 1 de la revista e incluso solicitar copias de la misma. 


El numero dos se presentará en el local “María Mandiles” de Cáceres, donde celebraremos una curiosa reunión de “tupper wares” y se leerán los textos de este número, entre los cuales figura uno de mi cosecha, llamado “el sabor de un instante”, que colgare en el blog en unos días.



Desde aquí quedáis todos invitados al evento, que seguramente será de nuevo un éxito, y del que daré debida cuenta en próximas entradas.