Progresando.

Que gusto da verlo todo recogido. El abuelo Vito estaría orgulloso. Las herramientas limpias y correctamente colocadas, el suelo brillando como la patena y el cemento bien fraguado y con el punto justo de dureza. Ahora ya solo falta que esta vez lancéis al “soplón” al rio y no a la charca, que todavía me duelen los oídos con las risas de las otras familias.

Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Que gusto da verlo todo recogido". 



La chica del violín y el joven Corleone.

El preludio sonó en Austria, la ciudad de la música. Ella tocaba el violín en la Filarmónica de Viena, y el trataba de hacerse un hueco como gestor internacional en una organización emergente.

En un concierto, sus ojos se cruzaron para después fundirse en un adagio tan lento como majestuoso del que se dejaron llevar sin más.

Su interludio los llevó por media Europa, guiados por un allegro endulzado con tonos de prestissimo, en el que alguna vez se descolgaba algún acorde desafinado que ella intentaba corregir.

El tempo rubato llegó entre notas, algunas ordenadas y otras a las que simplemente hicieron oídos sordos, rehuyendo un final que ninguno de los dos quería tocar.

En su funeral, junto a toda la familia, ella le dedicó un réquiem, aunque en su mente siempre sonó el “Hallelujah”.


Micro relato presentado al concurso de relatos del blog "Esta Noche Te Cuento". Tema de esta convocatoria: "La música"


Miedo inmortal.

Exactamente lo mismo que decía cuando estaba viva ahora lo susurra a través de las paredes, que rechinan en silencio temiendo que también la pueda encontrar al otro lado.


Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Exactamente lo mismo que decía cuando estaba viva".


El niño, el hacha y el soplón.

 Ese no es nuestro estilo de familia; y a estas alturas ya deberías saberlo.

—Lo siento, Papa. Es que me he puesto un poco nervioso, y él tampoco quería ayudarme con esto.

—Está bien. Recoge el hacha y fíjate en mí; lo hemos hecho muchas veces. Coges el cuchillo, lo clavas con fuerza en su estómago y después, sin dejar de mirarle a los ojos, lo giras lentamente. Así se desangrará por dentro y no lo pondrás todo perdido. ¿Queda claro?

—Si, Papá.

—Muy bien. Y ahora limpia todo esto antes de acostarte. Ya sabes lo que opina tu madre sobre los cadáveres en el sótano.


Micro relato enviado al concurso Relatos En Cadena. Temporada 2020-2021. Frase de inicio: "Ese no es nuestro estilo de familia"