Fin de semana en París


Ahora vestido sale a la terraza a disfrutar de los primeros rayos de sol iluminando los Campos Elíseos desde el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia, en una ciudad que despierta entre el bullicio del tráfico incipiente y el olor a croissant recién horneado.

Lo del fin de semana en París fue toda una sorpresa, pero se alegra de haber venido.  

Y volviendo la mirada a la habitación se queda embelesado con la silueta desnuda de su mujer, que se revuelve atada y amordazada en la cama, mientras el cadáver de su amante empieza a sangrar sobre la moqueta.   


Micro relato enviado al concurso "Relatos en Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Ahora vestido"


El fútbol es así...

“El árbitro añadió catorce minutos”, logré decir en mi descargo ante una masa enfervorecida de aficionados que corrían tras de mi provistos de palos y otras armas que no acerté a distinguir, y que no parecían entender que cualquier guardameta experimentado podía tropezarse con un hoyo escondido en el césped antes de efectuar el saque de meta en el último minuto de la final del mundial, volar por el aire dando una voltereta lateral por encima del balón, y golpearlo accidentalmente con el coxis, provocando que el esférico rodara en el sentido contrario al esperado, introduciéndose después de manera tan fortuita como desafortunada en propia puerta.


Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "El arbitro añadió catorce minutos", logré decir. 



El soplón / Te quiero


El soplón. 



Empezó a llorar cuando lo encerraron en el maletero del coche maniatado y con los pies metidos en un bloque de cemento.

A Luccio le habían costado tres años que le dieran por redimido y reintegrado en el núcleo duro, hasta que la hija del capo se cruzó en su camino. El viejo cuarto oscuro y los puños de Vito hicieron el resto.

Todos sabían que volvería a cantar, aunque esta vez fuera por amor.


Te quiero. 

Empezó a llorar en el momento justo en el que aquel “pero” salió de la boca de Alberto para clavarse directamente en su corazón.


Micro relatos enviados al concurso "Relatos en Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Empezó a llorar"