El legado.
Todo estaba dibujado en la pequeña libreta gris que llevaba en el
bolsillo de su pantalón.
Dudo un instante, pero al final decidió
meterla en un sobre y echarla al correo.
Horas después abandonaba para
siempre el planeta.
Todo estaba dibujado en la pequeña libreta gris que llevaba en el
bolsillo de su pantalón; y que le entregó nada más verla.
Ella empezó a ojearla con
atención, y sus ojos, página a página, fueron cobrando brillo, hasta la última,
en la que dejó escapar una lágrima antes de escribir su respuesta: sí,
quiero.
Me quedo con el segundo, Alfonso. Me encanta. Soy más de románticas que de ciencia ficción ;P. A ver qué hacemos con la lavadora...un abrazo.
ResponderEliminarQué bonito el segundo. Me ha gustado mucho. Un abrazo, y suerte en la siguiente cita.
ResponderEliminarEl segundo, sin duda. Rezuma ternura.
ResponderEliminarAbrazo.
Hola, Alfonso.
ResponderEliminarPues coincido con el resto de comentaristas y me quedo con el segundo. ¡Qué bonito, Alfonso!
Un besabrazo.
Ohhh pues un voto más para el segundo...precioso Alfonso.
ResponderEliminarBesotes
Qué bonito Alfonso.. el segundo es toda una declaración de intenciones, de las esperanzadoras, de las que te hacen creer que no todo tiene por qué ser malo. Un abrazo, amigo.
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