La nada.
Tampoco hoy encontré trabajo, y
van muchos días, más de los que recuerdo.
Al principio solía refugiarme en
los “gracias, ya te llamaremos”, pero con el paso del tiempo me rodeó la
indiferencia, y de ahí a la intrascendencia tan solo bastó el anuncio de
desahucio.
Ahora soy uno de esos fantasmas
molestos que regurgitan las calles durante el día, que esconden su orgullo en
lo más profundo de la noche porque el miedo les impide quitarse de en medio, y
que acaban siendo presa fácil en la languidez de la nada.
Tampoco hoy encontré trabajo. Han
pasado quince días y comienzan a irritarme los “gracias, ya te llamaremos”
El mercado laboral es duro, pero no
pienso dejar que eso afecte a alguien con mi currículum. Y estos momentos de
evasión me vienen muy bien.
El gestor del proyecto me ha
decepcionado. Muy altivo a la hora de despedirme por un error suyo, pero cuando
las cosas se han vuelto en su contra no ha aguantado la presión.
El director general es harina de
otro costal. Tras diez días encerrado y seis dedos menos aún me aguanta la
mirada. Siempre fue de los que cumplen objetivos.
Micro relatos presentados al concurso "Relatos en Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Tampoco hoy encontré trabajo"
Muy buenos Alfonso, aunque el primero me ha gustado más. Pronto otra vez asomado a la ventana y si no es así, nos seguimos disfrutando por aquí.
ResponderEliminarbesicos muchos.
Gracias, Nani. La frase inicial se prestaba a tomar rumbos poco alagueños, pero las letras no suelen entender de alegrías.
EliminarLo de asomarse de nuevo a la ventana estará difícil, hay mucho nivel, pero lo seguiremos intentando.
Un saludo.