Tomo el relevo de Izaskun en su propuesta de microrrelatos al azar.
En mi caso el libro elegido es “versos del insomnnio” del poeta y escritor
cacereño Victor Manuel Jimenez.
Para elegir la página he tomado como referencia el número de serie del
décimo premiado, ya que, curiosamente, el libro trascurre de la pagina 7 a la 55. En
este caso, la página elegida seria la nº 12.
Y dentro de esta página, en este caso hemos conseguido que el mismo autor colabore en la elección de la frase de comienzo. Esta sería “En cada cambio de estación
toca hacer balance de ausencias”
Desde aqui quiero agradecer a Victor Jimenez su participacion en esta iniciativa. Podeis leerle en su blog http://victormaji.blogspot.com.es/
Gracias a todos por participar.
Gracias a todos por participar.
RIVALIDAD
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. La edad, ingrata compañía, empezaba a hacer mella en la promoción del 32. La parca se introdujo en la reunión y cada vez cobraba más protagonismo. Juan y yo nos miramos fijamente a los ojos, diez segundos bastaron para firmar la batalla. Nuestra rivalidad era épica, pero Juan siempre había sido el mejor, en los estudios, en el deporte, en popularidad, con María. Su mirada fue clara, “tú caerás primero y nadie te llorará, segundón”; se me clavó en el corazón, y todas las derrotas emergieron lastrando mi ánimo.
Las reuniones en cada estación se sucedían y la lista de bajas aumentaba, dos infartos y una insuficiencia respiratoria en otoño. Mis padres habían sido longevos, dato que me daba una cierta tranquilidad, pero el maldito Juan cada vez parecía más joven y no dudaba en hacer alarde de ello. Pasaron las estaciones y prácticamente solo quedábamos Juan y yo.
En la reunión de invierno la cena ya solo me la sirvieron a mí, saboreaba el puré de calabacín como manjar de dioses y ni siquiera la policía, entrando con presteza en el restaurante, me iba a privar del placer de mi victoria.
Buen relato Salvador. Una descripción magnifica de como el dicho "el fin justifica los medios" puede quedar como acicate de longevidad forzada.
EliminarGracias por pasarte por aqui. Saludos.
Se estaba poniendo ya muy pesado Juan. Bien descrita la situación.
EliminarEs que no se puede ganar siempre. Buen relato, Salvador.
EliminarMe ha gustado tu relato. Está claro que hay rivalidades muy extremas jejeje
EliminarJajaja! Puede entenderse como un sueño, mal sueño, por cierto, pero es que somos muy muy humanos!
Eliminar¿No se dice eso de que "el muerto al hoyo y el vivo al puré de calabacín"?
EliminarO algo parecido. jajaja
Y si de postre le traen natillas...
Una venganza con mucho ingrediente. Muy bueno, Salvador.
EliminarHay que tener cuidados de los que fraguan venganzas con la envidia y en silencio. Buen relato, Salvador.
EliminarSaludos.
Más que rivalidad venganza no? Madre mía qué aguante...jajaja.
EliminarMuy bueno Salvador.
Besos
Genial. Una buena venganza y una victoria completa, si no viene el control de antidoping.
EliminarA TODO GAS
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias clasificándolas por motivo. Las olas de calor o de frío, en verano e invierno, hacen subir algo las cifras de bajas, pero muy poco en comparación. El capítulo más fuerte y constante, mes a mes, es el de muerte por intoxicación. Le he oído decir al coronel que no hay otro centro más regular y productivo que este de Auschwitz.
Los alemanes son todo un ejemplo, profesionalmente hablando, a nivel productivo; pero en el caso concreto que tu nos narras Rafa, mas que sacar pecho sienten verguenza de esa etapa.
EliminarBien narrado. Saludos.
Original punto de vista. Como siempre, me ha gustado mucho la fina ironía con que hilas tus historias.
EliminarMuy bueno, Rafa. Irónico y original
EliminarCuando la vida vale menos que la estadística que la describe, el conteo deja de tener sentido! Me ha impresionado precisamente por la dosis de realidad que incluye!
EliminarBuen título que guarda todo el contenido del micro.
EliminarDiagnóstico: Intoxicación.
La frialdad de las palabras refleja bien lo que la muerte era para los nazis.
EliminarOdio y poder conjugados en una barbarie extrema. Los judíos están aplicando a los `palestinos la misma metodología. Muy bueno Rafa.
EliminarSaludos.
Sin palabras, Rafa. Muy bueno y profundo.
EliminarBesotes
Humor negro del bueno.
EliminarSIEMPRE TE RECORDAREMOS...
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. Ha llegado el invierno y faltan la señora Pérez Zúñiga y el señor Martínez Doblón: sus familias no han renovado el alquiler de los nichos. Tarde o temprano todos acabaremos en el osario común.
Así es la muerte, y el olvido.
Espero que alguien, alguna vez, se acuerde de nosotros. En caso contrario, nos dará igual. Pero tu relato me hace sentir tristeza.
EliminarAunque de cerca seamos personas, en las distancias largas no somos mas que numeros en una lista u otra....
EliminarBuen relato Vicente. Un saludo.
Relato frío, como la muerte y el olvido. Bien narrado.
EliminarMenuda frialdad. Le veo, como mínimo, dos interpretaciones a tu micro y ambas dejan con esa sensación de tristeza que comenta Esther.
EliminarProduce tristeza el relato, la indiferencia te deja sin armas!
EliminarTan real como la muerte misma.
EliminarFrío, frío... Como la misma muerte.
EliminarBuen relato sobre el olvido. Prefiero la cremación, para que mis cenizas viajen con el viento.
EliminarSaludos.
Desesperanzador, Vicente. Bien narrado, pero deja un poso de vulnerabilidad y aspereza importante...
EliminarBesos
Muy bueno. Qué bien contada está la macabra relación entre muerte y dinero.
EliminarDuelo
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias, y yo le lloro aún. Desde hace seis meses, cuando despierto, el trabajo no está ahí.
Yo ya he pasado la etapa de llanto. Ahora estoy en la de resignación.
EliminarMuy breve y bueno.
Esa es una etapa que nadie, salvo que sea autosuficiente, quiere vivir. Espero que pase pronto, ya sea en el relato o la vida real.
EliminarSaludos Esther.
Por desgracia, la realidad de muchos. Un abrazo
EliminarLa segunda frase tiene un aire a Monterroso que me ha encantado. Por otro lado, por desgracia, muy actual.
EliminarMuy bueno, Esther! Has reflejado con igual brevedad que intensidad lo que sucede a nuestro alrededor.
Eliminar¿Dónde estará el trabajo?
EliminarEstá demasiado ausente, por desgracia.
Puf una triste realidad de un país que se construyó castillos en el aire con cimientos de cemento.
EliminarLo más triste es que nos lo explican con palabras tales como: crisis, recortes, maximización, etc., que en realidad significan: ineficiencia, corrupción, explotación, insensibilidad, etc., etc. Corto, bueno y real.
EliminarSaludos.
Desgraciadamente, de rabiosa actualidad, Esther. Muy bien escrito. No se puede decir más con menos.
EliminarBesos
Un relato breve, el tuyo, que llega al objetivo sin rodeos. Pocas ausencias son tan recordadas todos los días.
EliminarRELEVO
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. Esta vez, entre otros, falta Leocadio. Aquí está todo muy organizado. Ya sé que de compañero de mus y de petanca, me pondrán al de la lista de espera que ocupe su habitación. Esperemos que tenga mejor cabeza y más pulso que Leo. Y que dure más.
Esa vejez serena con capacidad de relativizar las cosas y ver el lado práctico. Muy bueno, Rafa
EliminarEs un punto de vista que está lejos del mío, pero supongo que depende de la fase vital en la que te encuentres, muy interesante Rafa!!
EliminarEstos viejitos, mira que son peleones.
EliminarQuítate tú que me pongo yo.
Buen relato Rafa; con el reflejo de unos intereses bien delimitados.
EliminarSaludos y gracias por pasarte.
A mí me ha venido una residencia de ancianos, en la que los relevos están a la orden del día. Veo que esta semana la frase nos encamina mucho hacia los relatos fríos, no por ellos exentos de calidad.
EliminarEs probable que el próximo que llegue le vea a él partir. Otro buen relato, Rafa.
EliminarSaludos.
Resignación en estado puro, Rafa. Estos abueletes son un ejemplo de practicidad...
EliminarBesos
Qué triste y qué verdad. Muy bueno, Rafa.
EliminarMe gusta el giro que le has dado al relato. Duro, pero con su toque de humor. Una buena pareja de mus cuesta años conseguirla, según me dicen.
EliminarRECICLANDO
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. Como la tuya. Yo la he doblado como si se tratara de una camisa. Pasé la plancha –bien caliente- por encima y la eché al contenedor de la ropa usada.
Ahora sin trastos por medio vivo feliz. Me miro al espejo y veo los años que tú has cambiado por los de otra más joven. Me siento a gusto. ¿lo mejor?: tú tienes mi misma edad.
Renovarse, siempre renovarse. Me ha gustado esta prota luchadora. Un abrazo, Virtudes
EliminarEsa pequeña venganza sin odio!!! Me encanta...
EliminarBuen relato Virtudes; me gusta tu protagonista como heroina que sabe superar las contratiempos que le sobrevienen.
EliminarGracias por la visita. Un saludo.
Ala una vez doblada a la basura, como él ha hecho con ella.
EliminarEsa ausencia es mejor tirarla a la basura y seguir a delante, seguro que él pronto se arrepentirá, Muy bueno Virtudes.
EliminarSaludos.
Virtudes, la primera parte del micro me ha encantado, es genial. En la segunda destilas una ironía fina y un merecido odio soterrado. ¡Me gusta!
EliminarQué bueno lo de la plancha y la edad. Ambas para poner en práctica, en caso de necesidad.
EliminarMe gustó mucho.
No sé si merece la pena planchar determinadas ausencias. No es posible quitarles las arrugas y es una camisa que es mejor no lucir más. Pero me encanta tu liturgia del olvido.
EliminarBALANCE DE AUSENCIAS
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. Las ordeno por tamaño y por edad, de tonos cálidos a tonos fríos. Con minuciosidad, con el respeto y la calma que merecen. Luego me siento muy quieto junto a una botella de oporto, con la luz baja, más allá de las doce de la noche porque las ausencias siempre están más activas en la oscuridad y el recogimiento. Me sirvo la primera copa y abro la compuerta del corazón para que vayan entrando a una por vez, sin precipitación. Las primeras son pequeñas, ligeras, apenas un cosquilleo desagradable y a medida que avanzan llegan las que abren abismos, las que sepultan, las que son como un hierro candente entre ventrículos y atrios. Suelo ver amanecer con la botella vacía, la garganta irritada, las lágrimas resecas. Las ausencias han vuelto al cobijo de los recovecos de los días mundanos de donde solo saldrán en circunstancias excepcionales o el próximo cambio de estación.
Ufff... literatura en estado puro.
EliminarMuy bueno, Ignacio. Ese cofre de ausencias que sólo abrimos en ciertas ocasiones y es entonces cuando nos desbordan. Un abrazo
EliminarBonito, literariamente hablando y muy equilibrado psicológicamente. Las penas circulan, hay que darles salida algunas veces..
EliminarBien organizadas las penas/ausencias. De menor intensidad cuando aún la conciencia está clara. Las fuertes cuando ya el corazón y el doliente están anestesiados.
EliminarEl más literario de la semana por no decir del verano ;)
EliminarRelato muy bien tratado, con un toque poético. Muy bueno.
EliminarSaludos.
Lírico, organizado, con su tempo y evolución.Estupendo, Ignacio. Me quito el sombrero y me pongo a tus pies.¡Pedazo de micro!
EliminarBesos
Gran texto Ignacio. Ese hombre que abre su corazón a las ausencias nos ha llegado a todos.
EliminarFelicidades por tan buen texto.
Me quito el sombrero por este magnífico relato del alma humana. Lo he leído varias veces por puro placer. Gracias
EliminarGran relato. Con cambio de estaciones o sin ellas, llevar la cuenta de las ausencias trae las consecuencias que tan bien nos has narrado.
EliminarRECUENTO
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias y novedades. Al terminar la primavera las muñecas quedaron arrinconadas y las estanterías se llenaron de libros. Tras el verano se despidió de su primer amor y se calzó esas botas que pisaban firme el suelo. Pasó el otoño dejando en la almohada algunos sueños, mientras que por fin sonreía frente al espejo. El invierno inclemente devastó su memoria, ya no podrá hacer recuento.
Muy visuales estas estaciones-etapas por las que se desliza la vida en tu micro y un zarpazo ese final. En nuestros recuerdos está todo lo que somos.
EliminarUn interesante ritual de paso a la edad adulta, Conchi. Tal vez no quiera hacer recuento del pasado y esté más interesado en el futuro próximo...
EliminarMe ha encantado!!
Ausencias en grado sumo.
EliminarEl invierno es la estación más devastadora de todas.
Sensoriales estaciones emanan de tus letras.
EliminarLa vida pasa rápido y en un invierno cualquiera nos damos cuenta que ya no habrá primavera. Relato que hace un recuento reflexivo, me gusta.
EliminarSaludos.
Ohhh, Concha que bonito el barrido por las estaciones y la vida. Precioso.
EliminarBesos
Muy bueno Concha tu vision de la vida a través de las estaciones. Lásima que a todos nos llegue el invierno.
EliminarSaludos.
Me ha encantado esa perspectiva de la edad. Es real y poética aunque tenga un triste final.
EliminarToda una vida, muy bien contada en cuatro estaciones y pocas más líneas.
Eliminar“ARBEIT MACHT FREI”
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. El tren solo para el tiempo necesario para cargar más gente en los vagones. Aprovechamos esos instantes para deshacernos de los familiares, amigos, vecinos... que mueren de hambre, frío o aplastamiento. Es duro tirarlos del vagón sin que tengan una sepultura y despedida digna, pero necesitamos espacio y algunos han intentado comerse los cadáveres. Rezamos para llegar pronto a nuestro destino: un campo de trabajo llamado Auschwitz-Birkenau, cerca de Cracovia. Allí —dicen los guardias que nos escoltan— estaremos calientes y comeremos a diario si trabajamos duro y seguimos los preceptos de Rudolf Höss, el comandante del campo.
Bien ahí tirando de la tercera acepción de "estación" jejeje por cierto, me vino como un flash a la cabeza, ¿verdad que el título que has empleado sirvió de detonante en uno de los duelos del torneo de micros de la Escuela de Fantasía?
EliminarOtro relato duro como los diamantes.
EliminarMe pregunto si el genocidio judío contra los palestinos trascenderá como el de los nazis contra los judíos, ojalá que tampoco se olvide. Buen relato.
EliminarSaludos.
Duro. Duro. Duro.
EliminarOjala la memoria no fuera tan ligera y tuvieramos en cuenta la Historia para no repetirla...
Bueno, Vicente.
Besos
Me pregunto Vicente, cuantos de los que llegaron a ese campo sobrevivirian al siguiente cambio de estación.
EliminarDuro relato, aunque muy bien escrito.
Saludos.
Muy duro pero muy recomendable recordar "esas ausencias". Así los muertos lo están un poco menos. Gracias por recordarlos.
EliminarCuántos hicieron balance de ausencias en esos tiempos y no supieron de verdad dónde nos dejaron: en los vagones del tren, en el campo de concentración, en el campo de batalla. Y cuántos siguen sumando ahora. Poco cambia el mundo, a pesar de las ausencias.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAsí es, camarada. Propuse un duelo a partir de una foto de Auschwitz y el lema "El trabajo os hará libres"
Eliminar;-)
Es bueno recordar para no perder la perspectiva, ojalá hubiéramos aprendido más de experiencias como la que describes!!. Buen relato!
EliminarLa ignorancia llegó por la ausencia de información, o del exceso de desinformación, y lucharon por las promesas, aunque esas promesas tuvieran un fatal desenlace.
EliminarQUERIDO SIEMPRE
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias, forma parte de nuestra evolución como personas recordar a los que se van, y parece bueno además que lo hagamos colectivamente.
Este verano se nos ha ido nuestro capitán, nuestro poeta, profesor, compañero de juegos, psicólogo, pero sobre todo una buena persona. Ese actor de ojos tristes que no pudo vencer su tristeza. Decidió hasta cuándo y cuánto quería sufrir, tal vez se olvidó de representar al superviviente que tantas veces vimos en la pantalla, quizás ya no quiso interpretar a otro que no fuera él mismo. Quiero pensar que ha ido a ese cielo de tonos pastel de sus películas donde la gente sonríe constantemente, pero mi cabeza me dice que ese paraíso es más el recuerdo sencillo de tantos a los que ayudó con su trabajo a ser felices…
Bonito homenaje. El suicidio y el aborto, deben ser de las decisiones más difíciles para una persona.
EliminarSaludos.
Qué maravilloso homenaje a un actor estupendo. Algo histriónico pero simpático al que le tenía especial cariño.
EliminarGracias Cari, te ha quedado precioso.
Besos
Sentido homenaje a un mejor actor que nos dejó recientemente.
EliminarSeguro que, de alguna manera, le habrán llegado tus letras.
Un saludo Cari.
Bueno es recordar a los que de alguna manera nos ayudaron a caminar en la vida. Su obra siempre estará ahí y tu homeneja también.
EliminarBonito homenaje. Quizá él decidió terminar el balance de ausencias antes de no ser capaz de calcularlas.
EliminarPrecioso y emotivo homenaje, Cari."Oh capitán, mi capitán". Siempre estarás con nosotros.
ResponderEliminarMe gusta tu relato, está lleno de cariño.
EliminarReconozco que R.W. no me gustaba, pero su gran trabajo solo puede ser de un gran actor.
Una lástima esa pérdida y precioso homenaje a uno de mis actores que siempre más me han gustado. Está tan bien tu relato que, desde el principio, se sabe a quién se refiere.
ResponderEliminarEL INVENTARIO
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias, el debe y el haber de lo que hubiera sido y nunca llegó a ser , por la pereza. Siempre esa pereza recurrente, ese empeño epidérmico por despreocuparse un día y otro día.Cada acto pasaba de inmediato a la categoría de " hecho épico " que le venía dado por la propia fuerza de la vida, por el simple empuje de la energía que generan los acontecimientos espontáneos .
En la despensa de su vida no había de nada y faltaba de todo , y de forma indolente se asomaba a la puerta desde la que se divisaba un paisaje baldío en el que él era el único extraño, resignándose, una vez más, a hacer de la nada un inventario.
La pereza provoca inmovilidad, detiene el desarrollo, por eso está entre los pecados capitales. Buena idea, me gusta.
EliminarSaludos.
Estoy con Beto, la pereza es de lo peorrrr.
EliminarNieves, muy bueno, una descripción estupenda de un espíritu indolente.
Besotes
La pereza será nuestra perdición...
EliminarBuen relato Nieves.
Un saludo.
Coincido con todos en que la pereza es algo terrible cuando es crónica. Buena idea la del inventario.
EliminarEs una pereza cómplice, la que describes. Da pereza descubrir que estás solo. Y es terrible comprobarlo si no es así como quieres estar.
EliminarNo sé muy bien cómo funciona esta iniciativa, así que os ruego que me perdonéis si no he tenido en cuenta alguna norma. Aquí os dejo mi relato:
ResponderEliminarCONTABILIDAD BÁSICA
En cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias. Hasta ahora ha sido fácil, como con cualquier una cuenta contable. Tanto en el haber, tanto en el debe. Ganacias en verano y pérdidas en otoño. Poco movimiento en invierno y resultado incierto en primavera. Todo funciona si valoramos igual cada una de ellas. Vale igual Ana que Andrés, Laura lo mismo que Alberto.
Empiezan a no salir las cuentas cuando no sabes dónde apuntar alguno de los nombres. Me atrevo a anotar a Noelia en el haber, que duerme aquí, a mi lado, pero hace mucho tiempo que no está. Me resisto mucho, en cambio, a contabilizar a Cristina en la misma columna, de la que no tengo noticias desde hace años, pero me visita en sueños todas las noches.
Hola Juanjo, muy bueno el giro que le has dado a la frase inicial. Me ha gustado mucho cómo has introducido lo personal en algo tan frío como la contabilidad. Enhorabuena.
EliminarBesotes
Bonito relato, con una narración muy original. Un abrazo
EliminarMuy bonito y la resolución impresionante.
EliminarCuriosa contabilidad la tuya Juanjo. Me ha gustado el relato.
EliminarGracias por pasarte por aquí.
Saludos.
NOSTALGIA
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias con objeto de vigilar su progresiva evolución. Al comienzo nos dijeron que era un mecanismo de defensa, que aquellos momentos en blanco que suponían ralentizar un poco nuestras conversaciones no eran preocupantes, pero con el paso de los meses, los momentos en blanco fueron cada vez más repetidos y acusados, pasando a eclipsar gran parte de sus horas.
Hoy, en los breves instantes de lucidez que posee, nos enumera uno a uno, hasta que en el recuento descubre una vez más que quien falta es mamá, y huye en su busca. Solo. De nuevo al país de sus recuerdos.
Que lástima no poder encontrar o reconocer a tus seres queridos ni en tus propios recuerdos. Te salió un relato con poso triste Izaskun, pero muy bello. Felicidades.
EliminarMuy triste y real. Pero siempre que los recuerdos permanezcan, habrá un lugar a donde ir.
EliminarUn relato muy apropiado para la frase. Duro y real. Quizá la ausencia más dolorosa de contar sea la nuestra propia.
EliminarQue penita, Izaskun...Ya he vuelto de vacaciones y me reincorporo,más vale tarde que nunca ;)
EliminarQué triste y qué bien lo has contado, Izaskun. Me encanta ese final esperanzador, donde vuelve a encontrarla aunque sea en el país de sus recuerdos.
ResponderEliminarPrecioso! Qué bien describes ese Alzheimer y la sensibilidad de los que lo rodean.
EliminarAGOSTO
ResponderEliminarEn cada cambio de estación toca hacer balance de ausencias, así que espero que, cuando llegue el otoño, se acuerden de mí y vengan a rescatarme. Todavía no entiendo cómo se pudo cerrar sola la puerta del sótano y quedar atrancada de este modo cuando bajé a buscar la sombrilla que me pidió Jaime. Menos mal que ya estaba instalado el grifo para la manguera que pidió Rosi el mes pasado y que decidieron guardar todos estos víveres aquí para que estuvieran frescos hace una semana. Espero que mis nietos lo estén pasando bien en la playa.