Esta es mi propuesta, ya corregida despues de los comentarios de los compañeros del taller, de relato largo para el taller literiario de "Literautas". Este mes tocaba un relato de miedo.
El significado del miedo.
El significado del miedo.
El coche devoraba los kilómetros
de la sinuosa carretera mientras las preguntas se agolpaban en la mente de
Mateo una tras otra. Nada sabía de su familia, ya que se había criado desde
bien pequeño en un orfanato, y el hecho de poder conocer algo de sus raíces le
atraía enormemente, aunque también le asustaba.
Días atrás había recibido una
carta, de remitente desconocido, invitándole a un lejano pueblo con la excusa
de revelarle información sobre su familia.
¿Tendría algún pariente vivo?
¿Podría verlo?
También se preguntó si en ese
pueblo tendrían la respuesta al sueño que últimamente le inquietaba; en el que
una mujer con el rostro cubierto de pelo se acercaba a él sin mediar palabra.
Su corazón se aceleró justo al
llegar al pueblo. De casas encaladas y caminos empedrados, el pequeño reducto
excavado en la sierra se preparaba para recibir la tormenta que parecía haber
seguido a Mateo hasta allí.
Pidió indicaciones a una de las
pocas personas que encontró por la calle, ya que todas desaparecían a su paso,
y después de algunos minutos callejeando, encontró la casa.
Probablemente
fuera la vivienda más grande del pueblo. Un gran porche coronaba la entrada de
la casa, de fachada de piedra y una gran puerta de madera de roble. Mateo
reunió algo más de valor, y llamó al timbre.
La
puerta se abrió pesadamente y fue recibido por una pareja de ancianos que lo
invitaron a entrar amablemente. La familia Andérez era una de las antiguas del
pueblo. Además de los ancianos, Mateo conoció a sus dos hijas, casadas hace
tiempo con dos de los mozos más influyentes del pueblo, y los hijos de estas. Tras
las presentaciones, el anciano acompaño a Mateo al salón.
-Siéntate
a la mesa por favor –le instó el anciano- supongo que estarás hambriento
después de tan largo viaje. Sabes Mateo; eres la viva imagen de tu abuelo
Melquiades.
-¿Conoció
a mi abuelo?
-Sí, y a
tus padres; todos fueron muy queridos aquí en el pueblo. Tu abuelo regentó toda
su vida la taberna del pueblo, y tu padre no dudó en ayudarle en cuanto tuvo
edad.
Mateo
notó como el anciano hablaba en pasado sobre ellos.
-¿Qué
fue de ellos?
Supongo
que el infortunio les pasó factura. Después del incidente acaecido hace treinta
años tu abuelo falleció y a tus padres solo los volvimos a ver una vez más en
el pueblo.
-¿Qué
incidente? ¿Qué pasó?
-Por
favor chicos; salid –ordenó el anciano a su familia- dejad que hablemos a
solas.
Todos
fueron saliendo de la sala hasta dejar solos a Mateo y el anciano, que se
levantó para servirle una copa de licor.
-Pareces
buena persona Mateo –le dijo. Mereces saber la verdad. Aunque está sea
dolorosa.
Sabes
Mateo, yo tuve una nieta, se llamaba Lucia, tenía la edad de tu padre más o
menos. Era preciosa, y todo el pueblo admiraba su belleza. Todos los mozos,
incluido tu padre, bebían los vientos por ella, pero mi nieta no estaba
interesada en el pueblo, quería conocer mundo y no dudaba en rechazar cualquier
cosa que la atará a esta aldea.
-Era mi
nieta Mateo; y yo la comprendía, pero no el resto del pueblo. Y entonces
ocurrió.
Mateo
apuraba su copa de licor sin perder atención al relato del anciano.
-Hace
veinte años mi nieta fue raptada por varios mozos del pueblo que, hartos de sus
desplantes, la violaron salvajemente. Lucía apenas vivió un par de días después
de ese desgraciado incidente; pero en su lecho de muerte juró venganza contra
ellos y todos sus descendientes.
Mateo se
sintió raro, como paralizado en su silla. Y al observar que el anciano no había
probado el licor, entendió que él tampoco debió haberlo hecho.
-Siento
mucho todo esto Mateo; de verdad –dijo el anciano apesadumbrado. Nos costó mucho
encontrarte; pero al final dimos contigo. Tu padre era uno de esos mozos.
El
anciano se levantó y puso la mano en el hombro de Mateo, que seguía paralizado
en la silla.
-Ten
valor Mateo –le dijo antes de salir de la sala.
Sus
palabras cayeron como una losa para Mateo que, aun paralizado, poco pudo hacer cuando
los dos yernos del anciano, que entraron al salir éste, giraron su silla hasta
ponerla frente a una gran cortina. Después uno de ellos la movió, dejando ver
tras de sí una puerta negra cerrada con una gran cerrojo. Uno de los yernos dio
tres grandes golpes a la puerta, mientras el otro abría el pesado cerrojo.
Inmediatamente, los dos salieron de la sala cerrando la puerta tras de sí.
El ruido
de unos pasos subiendo las escaleras desgarraba el silencio ante la impotencia
de Mateo. La puerta se abrió lentamente y apareció ella. La mujer de sus
ensoñaciones, y a la que jamás había pensado encontrarse. El pelo, negro y
enmarañado, le caía por toda la cara ocultando su rostro, y su vestido, sucio y
hecho jirones, apenas la tapaba.
Un grito
agudo, proveniente de las mismísimas tinieblas, heló su sangre. El pelo de la
mujer se extendió como si fueran tentáculos hasta la silla que aprisionaba a
Mateo y le arrastró hacia ella. Su rostro, ahora sin cabello, era la verdadera
esencia del mal.
De no
haber estado paralizado, Mateo podría haber escrito con absoluto detalle el
significado del miedo. El que cala hasta el último rincón del ser, el que te
arranca el corazón mientras sigue penetrándote los ojos, y el que
te destroza por dentro con el dolor más insoportable.
Mateo
sufría los últimos minutos de su vida. Mientras, en el exterior, el cielo
parecía querer desgarrarse bajo la tormenta.
Es espléndido el encontrarse con nuevos formatos de narración, no los dejes, te sorprenderán. Poco a poco los irás dominando y te darán unas alegrías simplemente por transmitirlos. Saludos.
ResponderEliminarUn nuevo género, un nuevo reto en el que te desenvuelves bastante bien, Alfonso. Buena propuesta.
ResponderEliminarUn abrazo
Alfonso. Me alegra mucho leerte en algo más largo. Os leo cada semana en el micro, y muchas veces me quedo con ganas de más. Gracias por compartirlo. Buen trabajo :)
ResponderEliminarHola compañero de Literautas soy Dianet
ResponderEliminarHe pasado para decirte que he leído tu relato tanto aquí en tu blog como en el libro del taller Móntame Una Escena, Recopilación 3 y me ha parecido una buena lectura y me he quedado con las ganas de haber sabido qué le ocurriría al personaje.
Enhorabuena por participar. Un saludo.