Al dejar la catequesis a los
pocos días declarándome ateo no solo provoqué el disgusto eterno de mi madre
sino lo que entendí entonces como una inmerecida indiferencia de mis amigos.
Años después, viendo en las
noticias al capellán sometido a escarnio público por sus pecados sé que mi
decisión tuvo entonces el dolor de la culpa, pero el don de la oportunidad.
Hola Alfonso. Me parece muy bien ensamblado. Me ha sonado a la voz en off de muchas series al final del episodio cuando hacen una reflexión tranquila que resume el capítulo. Creo que has escogido muy bien las palabras. Gracias por compartir ;)
ResponderEliminarGracias Juan Antonio. Es uno de los microrrelatos que tenía guardados para cuando no hay REC.
EliminarSaludos.
me gusta... y sí, parecía una voz en off jeje
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarSaludos.
me gusta... y sí, parecía una voz en off jeje
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