384. Mueve montañas.

En aquella buhardilla nunca nos faltaron la cerveza ni Bukowski. Esas cuatro paredes fueron nuestro refugio ante un mundo que no entendiamos, y por eso nos las apañamos para salir solo lo indispensable. Trabajabamos allí, pedíamos comida a domicilio, y fijate, incluso hacíamos deporte en la terraza.

Poco después Eduardo enfermó, y Pedro volvió al pueblo para ayudar en la tienda de su padre. Yo decidí seguir allí, en la buhardilla, viviendo a media luz y sin ningún interés por los vaivenes del destino.

¿Y qué pasó después, papá?

Pues que un día, alguien con la misma sonrisa que tú, esa que mueve montañas, llamó por error a la puerta.

Imagen generada por IA (Google Gemini)


Microrrelato enviado al concurso "Relatos En Cadena". Temporada 25-26. 
Frase de inicio: "En aquella buhardilla nunca nos faltaron la cerveza ni Bukowski."
Relato nº 384 desde el origen del blog.


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