Vuela, príncipe, vuela, grita el abusón justo antes de dar el paso que le hará caer de la azotea.
Entretanto, en la clase, los compañeros que solían zarandearlo mientras el abusón rebuscaba el dinero en su mochila se golpean a sí mismos con sus puños, y Elena, la chica que le rechazó sin miramientos cuando se atrevió a pedirle una cita, escribe repetidamente en la pizarra: “me gusta el empollón”
A la vista de los resultados, en su experimento decide resaltar, como aspectos relevantes, tanto la utilidad de la hipnosis como el inexplicable poder motivador de la frase “¿a qué no te atreves?”.
Imagen de Artie_Navarre en Pixabay
Microrrelato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER.
Frase de inicio: "Vuela, principe, vuela".
Relato nº 368 desde el origen del blog.
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