Me esparce crema solar por el cogote, me besa con pasión y termina de enterrarme en la arena, dejándome la cabeza libre. Mientras me dejo hacer disfruto de la sonrisa que pone cuando me arrastra a estas travesuras. Hacía tiempo que no la veía.
Pasamos horas en la playa, hablando, riéndonos de todo y confesando cualquier secreto del que quisiéramos despojarnos para ser libres.
Después la pierdo de vista, y cuando el agua de la marea acaricia mi cara, me sorprende con un bolígrafo, el acuerdo de divorcio, y ese brillo que tienen sus ojos cuando sabe que va a conseguir lo que quiere.
Pasamos horas en la playa, hablando, riéndonos de todo y confesando cualquier secreto del que quisiéramos despojarnos para ser libres.
Después la pierdo de vista, y cuando el agua de la marea acaricia mi cara, me sorprende con un bolígrafo, el acuerdo de divorcio, y ese brillo que tienen sus ojos cuando sabe que va a conseguir lo que quiere.
Muy bueno Alfonso!! el final sublime.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias por tu visita, Nani. Con respecto al final, pues ya sabes, siempre hay que buscar algún giro que pueda sorprender al lector. Si lo he conseguido en tu caso, me alegro.
ResponderEliminarSaludos.