Las obras del convento, la capilla y el orfanato concluyeron en la última semana del tiempo ordinario, y aprovechando la celebración del primer domingo de adviento se rezaron varias plegarias en memoria del abad, desaparecido en extrañas circunstancias.
En medio del pesar general, el padre Manuel fue uno de los que más tiempo destinaba a la oración. Tan solo en la cena, en compañía de los huérfanos, se permitía un leve respiro.
Para el mayor de sus pecados, sepultado bajo los cimientos de la capilla, no había perdón posible, aunque volver a ver la sonrisa de los niños bien valía la condena.
Imagen de pixabay.
Microrrelato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Las obras del convento".
Relato nº 353 desde el origen del blog.
Bonito final tiene tu relato, Alfonso. A ver, que pronto toca que repitas en la ventana.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Ya me gustaría repetir, Nani, pero el nivel está alto. También me gustaría que aparecieras por allí con alguno de tus microrrelatos, que nivel tienen.
ResponderEliminarUn saludo.