Mañana podrá comprarle sus malditos cuadernos de doble pauta y los recambios de tinta para sus plumas, después recorrerá el mercado en busca de alubias palmeñas y verduras frescas, y cuando acabe de cocinar aun tendrá tiempo para reescribir las últimas páginas.
A media tarde, instalada en su
mejor sonrisa, le acompañará en su paseo por los alrededores, y en la
complicidad de la noche se dejará querer, calibrando su ritmo y respiración, decrecientes
por las puntuales gotas de arsénico. Al final de la noche añadirá su nombre en
el manuscrito, y tras el último párrafo, subrayará la palabra fin, y pasará
página.
Imagen de Nanne Tiggelman en Pixabay
Microrrelato enviado al concurso "Relatos en Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Mañana podrá comprarle sus malditos cuadernos"
Relato nº 339 desde el inicio del blog.
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