Una calavera, pequeña y con una oquedad, se muestra sobre el escritorio a su llegada. Al otro lado, el resto del esqueleto, dentro del cochecito. El horror le sobrepasa, y no puede evitar caer al suelo. Al volver en si observa el diario de Daniel, sobre la mesilla, abierto. Se acerca despacio, y comienza a pasar las páginas. Al leer la última, intenta huir, pero queda paralizada al sentir un aliento gélido tras de sí. Después nota un cuchillo penetrando poco a poco en su cuello, su sangre cayendo y deslizándose hacia el diario, donde se forman las palabras “no debiste volver, mama”.
Microrrelato enviado al concurso “Relatos
En Cadena”, de la SER. Frase de inicio: “na calavera, pequeña”.
Relato nº 335 desde el origen del blog.
Uyyyy, qué final. Pero muy bueno, como el que hoy ha llegado a la final. Felicidades.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Me alegra de que te haya gustado, Nani.
ResponderEliminarAbrazos.