312. Rutinas vampíricas.

Para volver a meterse en el ataúd le basta con cerrar los ojos con fuerza, y al abrirlos de nuevo toda la grandeza de la noche se muestra ante ella.

La transformación ha cambiado por completo su forma de ver la vida, que ahora percibe con mayor detalle y profundidad. Sus movimientos son ágiles y veloces, su fuerza se ha multiplicado, y con su belleza tiene el mundo al alcance de la mano.

Y aunque lo de alimentarse era un problema al principio, encontró la forma de hacerlo fácil y sin remordimientos. Como ahora, que no ve el momento de hincarle el diente a su antiguo jefe.


Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Para volver a meterse en el ataud" 


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