Rutinas letales.

Su reflejo le espera, impaciente, flotando en la superficie del rio.

Desde el puente trata de ignorarlo mirando al horizonte, y su mente se aleja rápidamente de allí, viajando a otra vida en la que no se siente vacío, en la que no se siente solo, y en la que posiblemente es feliz.

Vida que comparte con una mujer y, ¿por qué no?, con uno o dos hijos.

Entonces su ensoñación es perturbada por el ruido estridente del claxon. Desde el coche, su compañero gesticula enojado.

Cuando se reúne con él, sacan el cadáver del maletero y como cada maldita semana, lo tiran al rio.  


Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: Su reflejo le espera, impaciente...

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