La segregación del odio.

Entraron de noche, derribando la puerta de una patada y arrasando el silencio con los ladridos de los perros y las carreras de los soldados.

Primero encontraron a mi hermana, aguantando a duras penas el llanto tras el forro del armario. Después sacaron a rastras a mis padres, escondidos bajo el colchón de su cama, y poco después dieron conmigo.

Mientras nos arrinconaban en el salón pude verle. Hans estaba junto a la puerta, mirándome impasible. Corrí hacia él y le imploré perdón cogiéndole de la mano. Nos conocíamos desde que éramos niños, y siempre habíamos sido muy amigos. Nunca quise hacerle daño, pero cuando rechacé su proposición de matrimonio se enfadó y no volví a verle más, hasta esa noche.   

Su bofetada me dejó sin sentido, y cuando desperté estaba presa en uno de los calabozos de las S.S.

Allí me daban de comer lo justo para mantenerme con vida, y cada noche, Hans derramaba sobre mí, en pequeñas porciones, todo el odio acumulado durante años, maldiciendo el haberse dejado robar el corazón por un ser inferior a su raza.


Micro relato enviado al concurso del blog: "Esta Noche Te Cuento". Tema: El enfado y la ira. Podéis ver el relato en la web del blog en este enlace

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Buena apuesta Alfonso, con relación a lo pedido. Suerte.
    Besicos muchos.

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