Hasta la sepultura.

Su marido era insufrible. Y le diré más, nos tenía a todos tan hartos, que llevábamos meses planeando matarle. Pero ya sabe lo que pasa en este pueblo, no es fácil ponerse de acuerdo. 

Aunque ideas no faltaron. Manolo, el carnicero, quería rebanarlo en filetes muy finos, que tienen mejor salida. Loli, la del bar, y su novio ruso, abogaban por unas gotitas de polonio en el coñac, y Juan, el berzas, era partidario del garrotazo y al hoyo.

Esta noche era la votación, y todo el pueblo iba a participar. Señora, que quiere que le diga, lo del infarto me parece una desfachatez.  


Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Su marido era insufrible". 




2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Pues si, Margarita. Conseguir que un pueblo entero se organice, para bien o para mal, no es fácil.

      Un saludo.

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