Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa mientras coloca los últimos ladrillos del muro en el que nos esconderemos un día más.
Los niños saben que tienen
prohibido hablar mientras estamos ocultos, pero el temblor de sus frágiles
cuerpos tras romperse el silencio lo dice todo.
Los ladridos suenan cada vez más
cerca, como preludio de los soldados, que irrumpen vomitando un odio que se
clava como agujas en nuestras almas. Entonces, mientras los perros arañan el
muro, nos cogemos de las manos y cerramos los ojos, como habíamos hablado, poco
antes de que que las balas comiencen a silbar.
Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena". Frase de inicio: "Le agradezco con otra sonrisa su mentira piadosa"
Ufff Alfonso. Es magnifico y duele hasta clavarse en el alma. Siento que no sea uno de los elegidos.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani. Quizá me faltaba un giro final más contundente, pero esta semana llegué sobre la bocina....
ResponderEliminarSaludos.