Nos dejaron sin magdalenas para
desayunar y fuimos expulsados durante una semana, aunque yo no regresaría al seminario.
Mis padres prefirieron un internado suizo para reordenar mi carácter hacia un porvenir
de altas miras.
El tiempo trascurrió por caminos
que me fueron mostrados, inmerso en una existencia ajena que derivó en la felicidad
impostada de la que me dejé llevar, hasta que el mundo dejó de fijarse en mí, y
pude darle esquinazo.
Miguel había abandonado sus
votos, y mi conciencia ya no rendía cuentas a nadie. Nos abrazamos desde el
alma, como aquella noche, deseando que la vida nos diera otra oportunidad.
Micro relato enviado al concurso "Relatos En Cadena", de la SER. Frase de inicio: "Nos dejaron sin magdalenas"
Las magdalenas han derivado en un buen cambio de tuerca. Muy buena apuesta Alfonso.
ResponderEliminarBesicos muchos.