Abandonan, primero uno y luego el
otro, la habitación del hotel.
Al salir apenas notan el crujir de las vigas, que ceden
irremisibles, desplomando el edificio.
Apenas reparan en la gran falla que se abre tras ellos, y
que devora lentamente la ciudad, extendiéndose más allá, mortífera, tragando
campos y bebiendo océanos.
Apenas reparan en el caos, la destrucción y el sufrimiento.
Apenas reparan en que su mundo se acaba, hasta que, al
llegar a sus casas, lo ven reflejado en los ojos de los otros.
Apocalíptica narración del remordimiento.
ResponderEliminarExcelente, Alfonso.
Gracias Rafa. Lo quise centrar desde la óptica de una conciencia que se desmorona al verse reflejada en los ojos del traicionado.
EliminarQuizá un poco rebuscado, pero bueno. Me apeteció probar...
Un saludo
Muy bueno, Alfonso. Me ha gustado esa visión del reflejo en la mirada de los otros. Genial.
ResponderEliminarBesotes
Gracias Izaskun.
ResponderEliminarEs reflejo es el que al final mueve conciencias en el relato.
Saludos.
Apocalíptico total, y que bien pintado ese remordimiento. Suerte la próxima, Alfonso.
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