El puñetero ojo de la cerradura no pierde detalle de un rito
ceremonioso que se repite una y otra vez en el espejo del techo, y cuyas brasas
aun ardientes se recuestan en la cama ávida de deseos carnales.
Poco después, el sexto peldaño de
la escalera se hundirá de nuevo, y en la caída, el suelo del rellano cederá
voluntariamente, mostrando los clavos afilados donde yacen las almas de esos
infelices que un día creyeron estar enamorados de ella.
era un inicio muy puñetero. Ha quedado un micro bastante bien
ResponderEliminarSaludos
era un inicio muy puñetero. Ha quedado un micro bastante bien
ResponderEliminarSaludos
Menudo giro le has dado al puñetero ojo de la cerradura. Me ha gustado mucho Alfonso.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Me gusta tu micro Alfonso. Creo que goza de una salud literaria y también semi-poética. Bravo por tu imaginación en el puñetero ojo de la cerradura!! Beso.
ResponderEliminarMuy original y trabajado, Alfonso. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn besote