Empezó a pensar en un nuevo
teorema, y en poco tiempo dio con las variables que le garantizarían el éxito.
Permutaría la aburrida manzana
por una generosa bolsa de nubes; y en cuanto a la colonia, iría a lo seguro y cogería
prestada la de su padre.
Al terminar la clase, se despidió
con su mejor sonrisa de la profesora de matemáticas, sabiendo que, mañana, en
la tutoría, nada podría fallar.
Un chico preparado para el mundo real, je je, le veo futuro.
ResponderEliminarAbrazo
Quizá si Miguel, pero en su caso creo que quiere crecer demasiado rápido...
EliminarSaludos.
Hoy las ciencias adelantan
ResponderEliminarque es una barbaridaaaaaaaad
Abrazos, siempre
Cierto Armando; y adelantados a su tiempo siempre los hay...
EliminarSaludos.
Yo también le veo mucho futuro al protagonista. Muy simpático tu micro, Alfonso.Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Luisa, es lo que salió esta semana.
EliminarSaludos.
Este niño llegará lejos jajaj.
ResponderEliminarAbrazos Alfonso
De momento a llegado a despojo, que no es poco....:-)
EliminarSaludos Maestro.
Ai esas tutoras que se merecen todo hasta el tierno amor de los niños.
ResponderEliminarMuy cierto Lorenzo. Mas de una se habran sentido queridas sin saberlo...
EliminarUn saludo.
Así no podía fallar. Eso es un niño listo, si señor!!
ResponderEliminarBesicos muchos y suerte.
Je je, de los primeros de su clase Nani...
EliminarUn saludo y gracias por pasar.
Que tierno y que bien captado ese amor tan ingenuo y puro.
ResponderEliminarMe encantó.
Me alegra que te haya gustado Asun. Me pareció una buena idea el mostrar una escena que mas de un alumno ha vivido.
EliminarUn saludo.
Pues si se averigua el pasado del tal "Pequeño Nicolás" no creo que ande muy alejado de lo escrito, Alfonso. Muy bien armada la idea y mejor expuesta. Con precisión y eficiencia literario. Me ha gustado mucho. Un abrazo :)
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado Juan Antonio. A veces esos alumnos que parecen enbobados en clase encierran historias que merece la pena contar.
EliminarUn saludo.