Luego cruzó el pasillo, bajó al sótano y mató al prisionero
con su arma.
Fue un disparo preciso, certero, entre ceja y ceja. Sintió
el retroceso del arma en su mano y el crujido del cráneo perforado por el
proyectil mientras degustaba el aroma a pólvora quemada.
Aun así, de vuelta en su habitación, comentó en el chat:
“donde se ponga el videojuego…”
Alfonso.... que con poquito me has levantado de la silla. Viendo las depravaciones que puedes encontrar a tres clics (violaciones, mutilaciones, asesinatos...) me parece un micro acertadísimo y hasta necesario. Mucha suerte para el próximo :)
ResponderEliminarBuah muy bueno, Alfonso. Vaya asesino nos has planteado, menos mal que los prefiere matar de modo virtual, así que no lo haga más. Y no quiero ni pensar qué estarían haciendo los del otro lado del chat que tan metidos están en la charla. Un saludo, Alfonso.
ResponderEliminarQuerido Alfonso, este tipo hay que verlo despacio. Quién sabe si no es muy parecido al del videojuego y estamos a un tric de verle matar de verdad.
ResponderEliminarAbrazos
Hay quien disfruta con los sucedáneos. Muy bueno, Alfonso.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Tenía razón, dónde va a parar (Firmado, un tal A.H.)
ResponderEliminarAbrazos, siempre