Érase una vez unas letras
valientes que se atrevieron a unirse con aguerridas tildes, audaces comas y
algún temerario punto para formar la más bella historia jamás contada.
No sé si te ha llegado el comentario. Mi conexión es un poco irritante. Te decía que me parece un gran relato porque cuenta la historia de muchas otras historias. Una bonita paradoja. Enhorabuena.
El comentario ha llegado alto y claro Juan Antonio. La verdad es que en este caso quise darle el protagonismo a esas letras con las que contamos los relatos e historias de otros.
Esta es una pieza que se crece en su título, Alfonso.
ResponderEliminarMe alegra el regreso del REC porque me regala la oportunidad de leeros a todos.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo contigo Pedro; el regreso de REC nos deja como regalo multitud de micro relatos de gran calidad en las bitácoras de nuestros amigos.
EliminarGracias por pasarte de nuevo por aquí.
Saludos.
No sé si te ha llegado el comentario. Mi conexión es un poco irritante. Te decía que me parece un gran relato porque cuenta la historia de muchas otras historias. Una bonita paradoja. Enhorabuena.
ResponderEliminarEl comentario ha llegado alto y claro Juan Antonio. La verdad es que en este caso quise darle el protagonismo a esas letras con las que contamos los relatos e historias de otros.
EliminarUn saludo.
Las historias son imaginación, pero también oficio y herramientas. Las letras y sus aliados son también la historia.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Cierto Juan Manuel, saberlas combinar adecuadamente es tan importante como la mejor idea de base.
EliminarUn saludo.
Pero llegó un editor, y las destinó a retaguardia.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Como en este caso concreto Armando.
ResponderEliminarSaludos.