Que los estadounidenses quieran dar lecciones de
moralidad cuando mantienen la pena de muerte y dejan que cualquiera lleve un
arma por la calle ya me parece un poco excéntrico, pero cuando además hablan
del aborto y de la mujer en publico, diciendo disparates como el de Tood Akin, ya
es para apagar la tele, la radio, el portátil o tirar el periódico de turno.
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