Llevaba mucho tiempo en esto, desarrollando una metodología precisa y sin fallos, fruto del aprendizaje con los mejores y de la búsqueda incesante de la perfección en todo lo que hacía. Y en base a la experiencia sabía que trabajos tenían que despacharse rápido y en cuales podía tomarme alguna que otra licencia.
Por eso, cuando me llegó ese
encargo, decidí darme unos días mas de plazo para disfrutarlo adecuadamente. No
todo iban a ser prisas.
Una vez analizado su modus operandi,
forcé un encuentro casual en el que darme a conocer y establecer un primer
contacto.
Tras la respuesta esperada, como
no podía ser de otra manera, siguieron un par de citas que sirvieron para
entablar un contacto algo mas intenso de lo habitual, lo reconozco, pero nada
fuera de lo que no me hubiera permitido en otras ocasiones.
Pero en el último contacto me di
cuenta de que había cometido dos errores de concepto. El primero fue enamorarme,
fallo de principiante, y el segundo, no darme cuenta de que las esposas que me
inmovilizaban a la cama no eran un juguete sexual, sino una herramienta correctamente
empleada por alguien que si se había tomado en serio su trabajo.
Muy bueno, Alfonso. Suerte.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani. Hacía tiempo que no me pasaba por el blog de ENTC, y estoy intentando recuperar viejas costumbres.
EliminarUn saludo.