—Hoy es el día, Doctor. ¿Está todo listo?
—Tengo la muestra y voy bastante
avanzado con la vacuna. Creo que, con suerte, en dos semanas estará listo.
—No tenemos dos semanas, Doctor;
y lo sabe. Conocía los hitos de la planificación cuando firmó el contrato; y no
vamos a arriesgarnos a que la competencia se adelante a nosotros.
—Pero, ¿no pretenderá soltar un
virus altamente contagioso a escala mundial sin tener preparado el antígeno?
—Tendrá tiempo de ultimarlo, Doctor.
Lo soltaremos en África, en los focos seleccionados por nuestros expertos. Para
cuando los medios se hayan hecho eco, nos aseguraremos de que haya algunos
infectados de Europa y Norteamérica; nuestros contactos en los turoperadores ya
están informados. Y entonces usted ya tendrá ultimada la vacuna para que
nuestro grupo la pueda comercializar a gran escala.
—Pero; ¿y si falla esa
planificación? ¿Y si no logro terminar la vacuna a tiempo?
—Ya sabe cómo son los negocios,
Doctor; si no se arriesga un poco, no se gana; pero nuestro grupo confía en
usted…
Ni más, ni menos Alfonso. Como la vida misma.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besicos muchos.
Pues fíjate, Nani, este relato lo escribí hace bastante tiempo, pero como en otros muchos casos, la ficción suele adelantarse a la realidad.
EliminarUn saludo y feliz 2022, en el que espero seguir leyéndote.