Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más, y me siento junto a la cama a velar sus últimos instantes.
Cuando estamos solos le susurro a
mi amor lo feliz que me ha hecho desde aquella tarde en la que se armó de valor
para pedirme una cita, y le doy las gracias por su sonrisa eterna, por los
fines de semana en el lago, por los amaneceres en la montaña… y antes de su último
aliento le pido perdón por haber visto los mensajes de esa chica en su móvil, por
mi mal carácter, y sobre todo, por saber hacer que algo como esto parezca un
accidente.
Imagen de mohamed
Hassan en Pixabay
Un plan bien urdido sin duda alguna. Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos y mucha suerte.
Gracias por la visita, María. La verdad es que el mal carácter de la protagonista jugó en contra de la relación.
EliminarSaludos.
Alfonso, hemos ido por los mismos derroteros, jaja. La frase de las traía.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani. Paso a leerte entonces.
EliminarSaludos.
Alfonso, hemos ido por los mismos derroteros, jaja. La frase de las traía.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Me gusta. Qué pena que solo puedan elegirse tres.
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