Se vende casa con encanto...

Cuando se ausentaba de casa, las tejas encogían, retorciéndose después hasta llegar a difuminarse entre los remolinos del viento.

Las paredes crujían, voluntariosas, buscando muescas por donde plegarse una y mil veces hasta llegar al tamaño de una mota de polvo. Y el suelo crepitaba, desgarrándose en agujeros por donde brotaban farolas y algún árbol despistado que siempre venia bien para la causa.

El juego se repetía una y otra vez, hasta ese día gris en el que la chimenea no le vio cruzar la esquina, la puerta no bailó al paso de nadie , y las ventanas observaron recelosas un cartel en el jardín.


Micro relato enviado al concurso "Relatos en Cadena" de la Ser. Frase de inicio: "Cuando se ausentaba de casa"...

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