El
masajista no tardó en reconocer aquel lunar bajo la nuca, y cuando ya no pudo
disimular su miedo, salió corriendo de la sala. Pero en su carrera notó un
golpe en los pies que le hizo caer, y al intentar levantarse, ella se abalanzó
sobre él.
Intentó
escapar, pero le fue imposible. La chica le tapaba la boca con una mano
mientras perforaba su esternón con la otra.
—Te
advertí que si te metías en mi vida, te robaría el corazón —le oyó decir mientras
creía agonizar.
Y
cuando volvió en sí, sobresaltado, aquella chica seguía allí.
A por otra edición, suerte Carabias, non stop!!
ResponderEliminarA por otra, maestro. En mi caso, la quinta temporada participando, que se dice pronto.
EliminarQue haya suerte...
Vaya final inesperado!! Suerte y seguimos intentándolo.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Los finales con giros gustan siempre, o sea que bienvenidas sean las curvas...
EliminarUn saludo.