Invasión de fábula.
Pero nunca, sin saber bien por qué, dejarán
de mirar hacia arriba; como hechizados por luces de colores que jamás
habían visto y que, poco a poco, los irán conduciendo a todos, ordenadamente,
hacia lugares de encuentro estratégicamente escogidos.
Para
cuando salgan del trance ya estarán dentro de los transportes, rumbo a lo
desconocido; hombres y mujeres, padres e hijos, toda la humanidad, alejándose
de un hogar que ahora ocuparán otros.
Quién sabe, igual podría suceder...
ResponderEliminarBesicos muchos.
Inquietante, Alfonso, y muy interesante...
ResponderEliminarBesotes