Nunca fuimos hombres.
Ya no podíamos contar con él. Unos
dicen que se agotó, otros que no fue más que un espejismo de algo que nunca
estuvo a nuestro alcance.
Descontada esa variable, apenas aguantamos
unos segundos, deambulando entre miradas vacías y suspiros sin aliento.
Y cuando la última, aquella que confiábamos
en no perder nunca, cayo marchita ante nosotros, comprendimos que nunca habíamos
tenido la más mínima oportunidad.
Hola Alfonso, te ha salido un micro tan angustioso como precioso y abierto a múltiples interpretaciones.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besotes
Gracias Izaskun. Reconozco que me ha quedado un tanto disperso, y desde luego abierto a interpretaciones, si.
EliminarSaludos.