Micro relato. Jaque Mate.



Descubrí la clave en el último verso del haiku. ¿Cómo no lo habíamos visto antes?

Tras varias horas revisando los textos nos dimos cuenta de que la ciudad se había convertido en un tablero de ajedrez donde las dos bandas jugaban su partida anunciando los movimientos en los últimos versos de los textos. Cada banda movía ficha bien con un asesinato de algún inocente, o bien mediante el ajuste de cuentas entre fichas de cada clan. 

Cuando el subinspector me dijo cual sería el siguiente movimiento, el corazón se me paró por momentos. Las coordenadas hacían referencia al bloque de viviendas donde vivía. 

Salí corriendo sin escuchar las voces que me hablaban. Solo pensaba en llegar cuanto antes. 

Solo pensaba en mi mujer. 

Derribé la puerta y la vi atada a una silla, junto a un cadáver. Otro peón sacrificado. 

Pero fue al verle con la pistola, apuntándome, cuando tuve claro, que siempre había sido parte de la partida. 




Mi participación en el concurso de relatos "Getafe Negro". 

3 comentarios:

  1. muy bueno, nines

    ResponderEliminar
  2. Alfonso, un buen giro final para un microrrelato negro, negro, y bueno también blanco, por eso de las piezas de ajedrez.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  3. Buena apuesta, Alfonso.
    Un montón de abrazos

    ResponderEliminar