2-06-2014. El rey abdica.



En este blog siempre he querido hacerme eco de las noticias que, a mi juicio, merecen la pena ser conservadas en el recuerdo como parte de la historia de un país, de una sociedad, y de uno mismo.

El rey ha comunicado esta mañana su decisión de abdicar de la corona. Según su comunicado oficial considera este el momento adecuado para dejar paso a su hijo, el príncipe Felipe, como la persona adecuada y con la formación suficiente para afrontar los cambios a los que se enfrenta el país en los próximos años.  



En su haber queda un reinado de casi cuatro décadas en el que, a partir de la transición, se implantó una democracia que permitió al país decidir como quería crecer.


Este país, pese a la crisis en la que aun sigue inmerso, es un país más moderno y avanzado que el de 1975, y sobre todo es un lugar, que a día de hoy lucha por su derecho a decidir. 

Por todo ello, este momento parecería el más propicio para reinventarnos hacia un nuevo impulso de cambio frente al inmovilismo que parece adormecer a la clase política e instituciones. 

Si cada cuatro años decidimos entre un partido u otro; ¿Por qué no decidir entre monarquía o republica? ¿Por qué no reestructurar desde sus cimientos un sistema que sabemos no funciona?

La monarquía; teniendo en cuenta la época en la que vivimos, debería estar a la altura de las circunstancias y someterse, como el resto de las instituciones, al examen del pueblo. 

Hay voces legítimas pidiendo que se valore la posibilidad de un referéndum para elegir entre republica y monarquía, y creo que, si nos consideramos un país libre y moderno en donde el pueblo decide su gobernabilidad, ese referéndum debería celebrarse y, sea cual sea el resultado, respetarse.

3 comentarios:

  1. Alfonso. Me parece un artículo de opinión excelente. Respetuoso y ajustado a la seriedad que nos tienes acostumbrados a ver en tus trabajos. Si me lo permites, aprovecharé la oportunidad que nos brindas y esta noche dejaré cuatro líneas al respecto. Un abrazo

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  2. Alfonso, a mí España me parece un espejismo, si soy generoso con el término, y un dislate a la altura de los más zafios si no quiero disimular mi hartazgo. En este país todo es mentira. Pienso que no existe separación de poderes (lo que hay es una justicia paralela con puerta giratoria), el gobierno se mueve en los tiempos y formas que marcan los intereses de mercado y no la ciudadanía, y el proceso democrático hace tiempo que se desvirtuó solemnemente en el momento que no existe mecanismo que haga punible, castigue o controle que los partidos políticos digan una cosa en campaña y luego hagan otra. Si vamos a la raíz de tu brillante artículo, la monarquía, solo me parece una engranaje más de esta gran rueda de la falacia y el abuso. Si se investiga un poco a fondo en las atribuciones que tiene la figura del monarca, descubres que a la práctica es meramente un cargo ornamental que como mucho y con suerte, realiza funciones de embajada. Me encantaría que pudiésemos decidir y que se nos diese la oportunidad de escoger, pero eso significaría comenzar a desmembrar, y no hace falta que diga quiénes son los obreros y quiénes los zánganos en este panal. Amigo Alfonso, no puedo estar más de acuerdo con tus palabras. Dejar decidir sería lo sano, lo saludable, lo moderno, lo justo y lo correcto. Lamentablemente, amigo, si en los colegios se persigue la fabricación de analfabetos acríticos y emocionales, será por algo, y barrunto que esta historia que ha cambiado castillos por palacios de las zarzuelas, nobles por ediles en los ayuntamientos, y que tiene tan poca vergüenza que no se molesta en esconder que a la sombra de los primeros sigue estando el clero, y en el último escalón sigue el campesino (obrero), va para largo.
    Un abrazo y espero haber podido sumar en algo y haber estado a la altura de la seriedad que le has dado a tu artículo.

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    1. Gracias por tu opinion Juan Antonio, que aqui siempre será bien recibida.

      En esta entrada queria retomar el carácter crítico con el que me embarque en este blog, haciendo mención a las noticias mas relevantes que iban ocurriendo en el trasncurso de los dias, y opinando sobre ellas como cualquier otro ciudadano de a pie.

      En este caso, y sin querer enrrollarme demasiado, intenté hacerme eco de un hecho que no deja de ser historia, la abdicación de un rey, pero que nos da en este caso la oportunidad de rebautizarnos como un país libre que decide libremente su futuro y lo respeta.

      Lamentablemente el curso de los acontecimientos nos da a pensar que la proclamación del nuevo rey se hará rapidamente, sin opciones a plantarnos ni siquiera la duda del derecho a decidir.

      Una lástima.

      Saludos amigo.

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