- Esa noche la tropa cenó compota, y a la mañana siguiente
partieron a la guerra contra la alianza de orcos y liliputienses, azuzados por
las malas artes del mago de Oz.
- Jo papá, tus cuentos cada día son más raros.
- Lo siento cariño, pero tú también reconoce que con dieciséis
añitos deberías dormirte sola.
- Si hubieras hecho caso a mamá y hubieses dejado que la mujer
de la tele nos ayudase seguro que todo iba mejor.
- Esa mujer es un demonio. Alguien tenía que decírselo en
nombre de todos los niños.
- Mama dice que deberías pedirle perdón.
- Jamás; además no creo que el juez me dejara.
Así te va, tío. No te has enterado aún de qué va esto...
ResponderEliminarUn abrazo
Y lo que le queda Armando...
ResponderEliminarUn saludo.
Seguro que el juez se hace cargo de la situación, jajajaja, qué bueno.
ResponderEliminarBesicos.
Pues si Ana, en este caso el juez puso algo de cordura en el cuento, aunque no toda la que hubiese querido.
EliminarUn saludo.
Que bueno, jaja y la señora de la tele creo q se quien puede ser...
ResponderEliminarPues si que lo sabes Cris; esa misma.
EliminarUn beso.