- No
sé - murmura Manuela compungida.
- Joder chica - espetó su marido - nunca te
enteras de nada, ni siquiera en tus sueños.
- Lo
único que recuerdo es que íbamos en el coche y tú gritabas, siempre me gritas.
- Y tú
nunca me haces caso.
- Silencio
por favor - les interrumpió una voz grave que inundó la sala - continúen hacia el
fondo y busquen la luz.
- Vamos José - suplicó ella.
- Déjame
en paz - grito de nuevo - busca tú la luz esa si quieres, ya iré yo después si
me apetece.
- No
tardes - dijo ella mientras enfilaba con pesar el largo pasillo en el que
terminan los sueños.
Largo pasillo donde terminan los sueños, bella metáfora para ese tránsito final que a todos nos espera, y en el que solo espero no entrar discutiendo por una torpeza...
ResponderEliminarMe gusta el diálogo que has utilizado.
Publicaré la reseña el sábado, que con tanto "indignado" me ha pillado el toro.
Gracias por venir hasta mis palabras y dejar las tuyas. Besos.
Gracias a ti Laura por tu comentario. A mi tampoco me gustaria enfilar ese pasillo sin la conciencia tranquila, pero el tiempo es el que decide al final.
ResponderEliminarEl sabado paso a leerte entonces.
Un saludo.
Muy bueno, pero es que los que siempre discuten, lo hacen hasta el final de los tiempos. Si quieres te puedes poner la voz de tu mujer o de tu marido en el Tom Tom con frases como "imbécil no es por aquí" o "pregunta a alguien que estás perdido".
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues no se sí podría hacer lo del gps Epifisis, sí ya de por sí me gustan poco, sí encima pongo la voz de la pareja dando caña pues peor aún...
ResponderEliminarUn saludo.
Me gusta este micro, Alfonso, trenzado a partir del diálogo que nos dibuja a los personajes, su relación y ese último camino por transitar que no harán juntos.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Mis aplausos.
Gracias por tu comentario Pedro, la idea era más o menos la de reflejar a una pareja que incluso en las últimas no pueden aparcar sus diferencias.
ResponderEliminarUn saludo.