Publicidad "engañosa"



Desde hace ya un tiempo muchas empresas nos bombardean con anuncios de tipo “sensiblero” que pretenden vendernos el producto en cuestión a través de la fibra más sensible. No dudo que en el caso de los refrescos o algún otro producto pueda haber funcionado; cada uno es libre de dejarse engatusar cómo y por quien le apetezca,  pero cuando esos anuncios llegan por parte de los bancos, y teniendo en cuenta como está el patio, pues el asunto ya roza lo kafkiano. 

En el último spot de publicidad que hemos podido ver recientemente en la televisión uno de los mayores bancos de España y del mundo ensalza las virtudes de nuestro país sintiéndose poco menos que orgulloso de él, y asegurando que es un país en el que se puede confiar. 



Precioso anuncio y mejor eslogan, lástima que luego la realidad sea totalmente opuesta a la ficción y dicho banco, al igual que todos los demás, confíe poco o nada el crédito a las empresas y autónomos españoles de los que tan orgullosos se siente según su propio anuncio. 

En otro de los anuncios, este ya más antiguo, el primer banco intervenido en España se autoproclama como un ejemplo de entidad responsable, algo que, pese a que es sabido que de los errores se aprende, no deja de ser también algo pretencioso para un banco al que no hace mucho hubo que rescatar.



Estos casos de publicidad mas bien “engañosa” no pasarían desapercibidos en un país “normal”, aunque siendo el nuestro uno donde ningún político dimite ante gestiones negligentes o inoperatividad y que los dirigentes de los bancos rescatados no rinden cuentas a la justicia no debería de extrañarnos nada de lo que está pasando; aunque al final todo debería de tener un límite. 

4 comentarios:

  1. Veo poquito la TV y menos los spots publicitarios. Así que este giro en la publicidad traída de la mano de dos de los grandes : me impresiona por su carácter manipulador y su falta de concordancia con la realidad social.

    Gracias por traerlos hasta tu ventana y compartirlos, Alfonso. Como bien dices: todo debiera tener un límite.

    Besos desde mis palabras de Laura.

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    1. Gracias por tu comentario Laura. Haces bien en no ver la televisión, siempre hay cosas más provechosas que hacer. La publicidad siempre hay que tomarla como es, una descripción un tanto desmesurada del producto en cuestión, pero en estos dos casos la exageración pasa a ser tomadura de pelo.

      Un saludo.

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  2. A mí siempre me ha gustado la publicidad, Alfonso. Tanto la que está bien hecha y es atractiva y convincente como la que está mal hecha y hace que admire a los que son capaces de vendérsela al cliente.

    Ahora bien, en cuanto a lo que comentas en tu entrada, es totalmente cierto; pero no lo es menos que como individuos tenemos la responsablidad -para con nosotros mismos- de preocuparnos cuando nos ofrecen duros a cuatro pelas o billetes de 500 euros y nos dicen que son estampitas.

    Un abrazo,

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    1. Me parece acertado lo que dices Pedro, pero al hilo de ello, ¿solo debemos preocuparnos nosotros a la escala que nos corresponde, o tambien nuestros dirigentes en la medida que les corresponde?

      Quiza ahi este el problema.

      Un saludo.

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